Diálogo. En la imagen, Raymundo Cárdenas dialoga con José Jacques Medina.
MÉXICO, DF.- La Cámara de Diputados alcanzó a agendar de primera lectura la reforma constitucional que busca regular los salarios máximos de todos los servidores públicos.
Como último tema en la orden del día los legisladores avalaron la primera lectura a este dictamen a fin de aprobarlo el martes de la siguiente semana.
Por ser una reforma constitucional, se deben de respetar los trámites legislativos, a pesar de que existe ya el consenso para aprobarla, enviarla al Senado para su ratificación.
El pasado martes, la Comisión de la Función Pública de la Cámara de Diputados dio luz verde a la regulación de los salarios máximos de todos los servidores públicos de alto nivel, a pesar de otro intento del PAN por conseguir que las actuales percepciones fueran irreductibles.
LAMENTABLE JORNADA EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS
El panorama era patético: apenas 57 diputados y diputadas permanecían en el salón de sesiones. Había más gente en la sala de prensa, 68 personas entre representantes de los medios de comunicación, y los que aparentan serlo, y los hombres de ninguna parte.
En el aire estaban las palabras del coordinador de los legisladores panistas, Héctor Larios, quien horas antes había asegurado que ayer (jueves) mismo quedaría aprobado el dictamen sobre la llamada Ley de Salarios Máximos. La minuta correspondiente no estaba en el orden del día. No se sabía qué ocurriría con ella.
Mientras tanto, en el palacio legislativo de San Lázaro había otros movimientos, intensa actividad de quienes cabildeaban para los restauranteros organizados, ante el peligro de que una nueva reforma legal les obligue a tener zonas dedicadas exclusivamente a fumadores. Es decir, que en las mismas, ni se coma ni se beba, sólo se fume.
Una lamentable jornada en la Cámara de Diputados. Poca gente, desinterés en las reuniones previas de las principales fracciones.
Con flamante guayabera, Emilio Gamboa salió hacia el aeropuerto para viajar a Quintana Roo.
El presidente de la Mesa Directiva, César Duarte, también se fue, pero al mero Chihuahua, a Mineral del Parral. Sin embargo, en corto y en declaraciones a la prensa, el panista Héctor Larios confiaba en que en la sesión del pleno se votaría la llamada Ley de Salarios Máximos.
Sin embargo, pasaron las horas, se presentaron dictámenes negativos, puntos de acuerdo, iniciativas, y no había ni dictamen sobre los salarios de los servidores públicos, ni legisladores. Desolado estaba el recinto. Llegó el momento en el que uno de los integrantes de la asamblea pidió a la presidenta en funciones Martha Hilda González Calderón que ante la evidente falta de quórum, de acuerdo al reglamento, levantara la sesión. Ella guardó silencio, esperaba qué hacer, cuando pidió la palabra desde su curul el perredista Raymundo Cárdenas, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, para solicitar que se diera tiempo a repartir el dictamen de la multimencionada Ley de Salarios Máximos.
Así, por fin aparecía, llegaba al pleno, quedaba en las curules... para que muy pocos la leyeran, pues la mayoría de los llamados "representantes populares" seguía ausente.
De cualquier modo, se cumplió ya el trámite. Obviamente se dispensó el requisito de que desde la tribuna fuesen leídos los considerandos y las reformas. El martes próximo se pondrá a debate y a votación.
Y apenas había hecho su aparición el documento, sonaba la campana de la presidencia que ponía fin a los trabajos del día y de la semana. Se marchaban los legisladores, los que habían permanecido en el recinto. Los otros... allá ellos y su conciencia.