En un principio no me fue sencillo llegarle a toda esa música Indie tan de moda en los círculos radiofónicos de "vanguardia" de este país en el primer lustro de esta década, pero tomé, como cualquier género musical proveniente del Rock and Roll, lo que realmente tenía algo que decirme y satisfaciera mi espíritu.
Sabía que Franz Ferdinand era una de esas bandas consentidas por lo melómanos que tienen en un pedestal a bandas clásicas de Manchester como Joe Division o The Smiths, o a grupos contemporáneos de lo que llaman Post Punk Revival (Wathever That Means) como Interpol. De toda esa ola surgió de Escocia Franz Ferdinand con su famoso sencillo Take Me Out por allá del año 2004. Fue hasta un año después, con su segundo disco You Could Have It So Much Better, que el grupo me atrapó, porque la verdad disfrutaba mucho el oír ese disco, lo que a la postre me motivaría a conseguir el primer disco del año anterior, de título homónimo al nombre de la banda, y puedo decir que sin ser un conocedor o fan de hueso colorado, Franz Ferdinand era de lo que más me agradaba en ese 2005.
No sabía qué decir o escribir sobre su tercera placa, Tonight, que ya vio luz prácticamente hace cuatro meses, en enero de este año 2009. Bueno, ahí va: no me gusta como álbum, no me atrapa ni me convence ese sonido electrónico que le imponen a varias canciones, lo que provoca que suene menos crudo, menos garaje dirían los especialistas. Por desgracia, como álbum se convierte predecible y nada innovador, ni aún en una canción de casi ocho minutos como Lucid Dreams, donde acaban repitiendo fórmulas tan clásicas del Indie norteamericano. Bueno, pero no podemos dejar de engancharnos con buenas canciones como Ulysses, que nos recuerda que, como el personaje de Homero, tal vez nunca encontraremos el camino a casa, o tardemos 20 años en hacerlo, y que, musicalmente, rescata lo mejor de sus típicos riffs y coros.
Bite Hard es como su título, muerde duro, es directo y muestra al Franz Fardinad sin concesiones, incluyendo su letra, que por cierto luce con un inicio musical bastante down y sublime. Live Alone es otra buena rola de Tonight, el sintetizador impuesto funciona y trabaja por el bien de la canción, se percibe lo mejor del estilo de interpretar de Alex Kapranos y la letra es sobre el despecho a una mujer que sólo se ama a sí misma, tema que nos puede sonar familiar a más de uno. Katherine Kiss Me es la última canción, con guitarra, voz country y un sutil arreglo por ahí es un buen final dependiendo del feeling con que se escuche y más si eres de los que a cada rato la riegas, como se dice coloquialmente, con las damas.
Bueno, ¿Cómo es posible que recomiende ciertas canciones y no el álbum?, pues porque las buenas canciones no son la mayoría, no hilan con las canciones no rescatables y nos puede sonar monótono el álbum, que no acaba, como ya lo había mencionado, por enganchar. Claro que si eres un fan del Indie británico es material obligado, aunque no tiene muy buenas críticas.