40 YEARS OLD (FOREVER YOUG)
Es 1969 un gran año para la cultura occidental contemporánea (aunque lo mismo podemos decir de 1967 y 1968) al conmemorar tres acontecimientos de los cuales ya hemos estado escuchando bastante al celebrarse en este año, y específicamente por estas fechas, su 40 aniversario: la llegada del hombre (o del Gobierno de EU) a la Luna, la salida al mercado del álbum Abbey Road de The Beatles, y el festival de rock de Woodstock.
De la llegada de la tripulación comandada por Neil Armstrong al satélite natural de nuestro planeta podemos decir que el impacto recayó en el triunfo, hasta ese momento, de los EU, y por ende todo lo que representaba el sistema capitalista de la época, sobre la antigua URSS y por asociación todo lo que ésta representaba. Si bien la guerra fría fue una época oscura de la era moderna de la humanidad, uno de sus grandes beneficios fue su carrera espacial, y el hecho de que el hombre llegó al futuro en 1969 es realmente trascendental en la evolución del mismo, aunque por ahí todavía se discuta si todo fue un truco montado en un estudio.
Los Beatles, como los grandes líderes de la cultura pop desde que ésta existe como tal, deciden grabar lo que ellos sabían iba a ser su último álbum: Abbey Road (aunque Le It Be en 1970 sería el último en salir al mercado). Abbey Road no solamente es el epílogo perfecto, es el mensaje de cuatro jóvenes que, aunque apenas iban a cruzar la barrera de los treinta años, nos mostraban de que sí existe el amor, la rabia, el ímpetu, la inteligencia y sobre todo un elemento que ya habían perdido dos o tres años atrás, la armonía de la amistad, se pueden crear obras tan esperanzadoras como Here Comes the Sun o Golden Slumbers, y recordarnos que al final el amor que tú recibes es igual al amor que tú cosechas. Como legado queda plasmado el caminar de cuatro tipos, uno tras de otro, de esquina a esquina en un crucero de la calle Abbey Road de Londres, convirtiéndose en una estampa visual de miles de interpretaciones, y que guarda el encanto de una época que será estudiada y analizada por siglos.
Por último nos queda Woodstock, en donde en una pradera al norte del estado de Nueva York, 450,000 almas se reunieron durante tres días para celebrar que una generación, su generación, había marcado un antes y después, y que oficialmente es a partir de ellos que la humanidad moderna ya no volvería a ser la misma. El rock era en Woodstock la punta de lanza de un tributo masivo a todo lo que los había hecho diferentes: la literatura beatnick, el uso de las drogas, la aceptación de las filosofías occidentales, la promoción y búsqueda de la igualdad racial, de género y de tendencia sexual, la participación social y política, la libertad sexual y en sí, el rompimiento del cordón umbilical de una generación con lo políticamente correcto y establecido quedando representado en el momento en que Jimi Hendrix interpreta Star Spangled Ba-nner, el himno de EU, muy a su estilo.
Pido una disculpa por haber abandonado esta columna en las últimas semanas, por causas de acoplamiento al volver a una nueva vida estudiantil.