MUSE / THE RESISTANCE. UNA MUSA QUE SE RESISTE
The Resistance en una sola palabra es un disco exquisito, tan exquisito que lo admiras como una obra de museo que te ha impactado y no haces más que observarla por un momento, tal vez horas o días.
El quinto álbum de estudio de Muse (como prácticamente toda su discografía) te envuelve, pero los viajes sonoros planteados en esta ocasión por Matthew Bellamy tienen un matiz un poco más encantador que de costumbre; transportándonos a arenas donde la grandilocuencia lograda por sus suites sinfónicas surte un efecto hipnótico mientras viajas a los rumbos donde la fantasía, el aferrarse a imposibles, el amor y la esperanza se enfrentan a la desilusión y a la crudeza de la realidad sólo para encontrar al final la redención que todos deseamos.
The Resistance transita por tres estados en donde encontramos en un principio un trío de melodías de toque un tanto synth pop, un tanto industrial y alternativo, destacando la canción homónima al nombre del álbum.
Posteriormente en el segundo estado nos encontramos en cinco canciones con los excesos, los estados alterados, las guitarras distorsionadas y los ambivalentes tonos vocales del mejor intérprete, y me atrevería a decir que uno de los mejores compositores musicales de rock que ha dado Gran Bretaña en los últimos 15 años.
De esta segunda parte destacan las sensaciones creadas por esa utopía Orwelliana, y fantasía de la geografía política llamada United States of Eurasia, la cual permite que los coqueteos a Chopin suenen tan fascinantes que le arrancarían una sonrisa malévola al mismo polaco.
Unnatural Selection es tan escalofriante en lo musical como su letra en la que se proclama la búsqueda de la verdad, mientras que I Belong to You es de un amor tan enfermizo que permite la entrada de una aria de la ópera francesa de inicios del Siglo XX, Sansón y Dalila.
El último estado es un tanto de rock espacial, progresivo y melódico, pero sin serlo del todo, con una pieza dividida en tres actos y de nombre Exogénesis, en donde el inicio y la salida hacia un mejor mundo nos lleva a los parámetros del inconsciente guiados no por la orquesta, sino por las emociones transmitidas en el canto de voz de Bellamy y sus distintas escalas.
Resistance es épico, pero le falta un espíritu, o una musa de ésas que inspiraron en su momento a Pink Floyd o Queen, para poder llegar a esas instancias a las que claramente aspiran, sin dejar de ser ellos mismos.