Regresa. La embajadora de Honduras, Rosalinda Bueso, recuperó el control de la sede diplomática de su país en México.
MÉXICO, DF.- El Gobierno de facto de Honduras congeló todas las cuentas y gastos de representación de la embajadora de ese país en México, Rosalinda Bueso Asfura, quien reconoció que ahora vive "de sus ahorros", aunque señaló que esto no ha impedido que siga con sus funciones diplomáticas.
Bueso Asfura ayer retomó el control de la embajada, a la que se le impidió ingresar el lunes tras ser "destituida" del cargo. Ante este incidente, el Gobierno de México dejó en claro que Bueso Asfuro es la única embajadora acreditada y reconocida del Gobierno hondureño encabezado por José Manuel Zelaya.
El Grupo de los Embajadores de América Latina y el Caribe rechazaron el "Golpe de Estado interno en la embajada" y subrayaron que la diplomática es la representante "del Gobierno legítimo" de Honduras.
El respaldo de los representantes de la región y del Gobierno mexicano ocurrió luego de que funcionarios de la sede diplomática afines al Gobierno de Roberto Micheletti cumplieron la orden de impedirle ingresar a la embajada -en la colonia Condesa- y se designó como encargado de negocios a Rigoberto López Orellana.
Los cambios sólo duraron 48 horas, pues la mañana de ayer policías bancarios impidieron que López Orellana y cuatro funcionarios más ingresaran a la sede diplomática.
En entrevista, el diplomático refirió que por la mañana se le impidió el acceso y el personal de seguridad le explicó que eran órdenes de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México, por lo que junto a un ministro consejero, dos agregados y un secretario de la embajada optaron por retirarse del lugar.
López Orellana lamentó que la SRE actúe "con parcialidad" y señaló que al impedirle entrar a la embajada, la cancillería hondureña tendrá que intervenir para pedir una explicación al Gobierno mexicano.
Por la tarde, Bueso Asfuro regresó a la sede diplomática, aunque dijo su trabajo está más allá de una oficina o espacio físico, pues nunca ha dejado de cumplir con sus funciones como embajadora y reiteró que es la única acreditada -desde julio de 2007- como representante de Honduras ante México.
Dijo que sólo el presidente Zelaya es quien puede ordenar su destitución, aunque reconoció que desde el Gobierno que encabeza Micheletti retiró todo el apoyo económico a la sede diplomática en México, por lo que ella ha tenido que pagar sus gastos de representación con sus ahorros, pues congelaron todas las cuentas; incluso fuentes de la embajada indicaron que la Cancillería hondureña ha dejado de pagar la renta del departamento en el que vive la funcionaria.