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Distintas visiones

Las laguneras opinan...

LUCRECIA MARTÍNEZ

Dicen que los viajes ilustran y es una gran verdad, y China representa esa gran lección que acentúa los contrastes en las culturas orientales y occidentales. En este país el asno y el buey son animales muy respetados por su fuerza, su obediencia y su resistencia, por lo que podemos deducir son los valores de la sociedad china, en nuestro país trabajar como un burro es peyorativo, algo absurdo e ilógico.

China tiene alrededor de treinta años de abrirse al mundo e iniciar su desarrollo y para los que pudimos ver en la televisión la inauguración de las Olimpiadas, fue una demostración de lo que este país es capaz. La ciudad de Shangahi tiene más rascacielos que Nueva York, y con la sede de la Expo en el dos mil diez, está toda en construcción, tienen un proyecto de ciudad que sólo la maqueta que hicieron para mostrarlo, mide doscientos cincuenta metros cuadrados, y no se van a detener porque a un ciudadano se le ocurre juntarse con sus vecinos a hacer una marcha en contra de las iniciativas gubernamentales con una líder alegando derechos adquiridos, cualquiera en China que actúe así, está actuando contra el pueblo y punto. No se andan con cosas.

Después de visto lo visto, definitivamente a los mexicanos se nos fue el tren del progreso, porque hace treinta años, estábamos mejor que ellos y con menos población, recordemos a Echeverría con su slogan "poblar es gobernar", ¡pero qué burro Dios mío! ¡como para el paredón!, al fin con tan buenas y avanzadas iniciativas, logramos ciento veinte millones, bueno pues acá son mil doscientos, y aunque sólo han logrado integrar al desarrollo el veinte por ciento de su población ¡éstos son modestamente doscientos cuarenta millones! Qué increíble, más que toda la población de México.

En el tema de producción ni quédecir, nos llevan años luz de diferencia, en el mercado de la seda le fabrican a usted un traje o vestido de un día para otro, perfectamente bien cosido, y si eso es posible, en electrónica, ramo automotriz, producción de bienes de consumo ya puede usted imaginarse.

Ahora como medida ante la crisis ya que se perdieron veinte millones de puestos de trabajo, el Gobierno chino bajó los impuestos a las fábricas a cambio de que no se despida a nadie, y a los que no se logren acomodar, los envían de regreso a su pueblo y los ayudan a que comiencen un negocio familiar, porque no está permitido los ambulantes.

En cambio, al señor Calderón se le ocurrió como medida paliativa al catarrito, repatriar capitales, cobrarles un pequeño impuesto sin ninguna penalidad (¿?) qué onda con esos capitales, de quiénes son esas utilidades que no pagaron sus impuestos, ¿de los narcos? ¿de los "lavadinero"? ¡Nada más eso nos faltaba!

Las ciudades chinas tienen planes de desarrollo para los siguientes cincuenta años, la obra pública es impresionante, grandes calles, nada abigarrado y todo arbolado, el programa de reforestación no lo he visto jamás, (el que hizo Calderón fue de hüizaches y nopales y ni así les resultó) enormes parques, todo limpísimo, aunque en ciudades como Chendenzu, reciben treinta y cinco millones de turistas chinos al año, cabe mencionar que nada es gratis, todos pagan y diez millones de turistas extranjeros, y aún así impera la limpieza y el orden, el chino ama su país y se siente orgulloso de él, por eso lo cuida. (Igualito que nosotros)

Llama la atención que no hay ni una sola foto de los gobernantes, o mantas diciendo, "estamos construyendo" "somos un buen Gobierno" "antes esto, ahora aquello" etc. Como se usa en nuestro país y que ya estamos indigestos de tanta publicidad; en política está claro que lo que se pregona es que no existe, el trabajo bien hecho no necesita publicidad, se nota, como también se notan las triquiñuelas, engaños y falta de ética de quienes nos gobiernan.

Ahora que vienen la elecciones volteamos hacia atrás porque pensamos que tiempos pasados fueron mejores, en muchos sentidos desde luego que sí, sobre todo en materia de seguridad, pero tampoco se hizo una planeación con visión de futuro, sobre todo en educación académica, cultural, cívica, técnica, no se crearon políticas de producción agrícola de manera que pudiésemos ser autosuficientes cuando menos en maíz y frijol; en esos setenta años del PRI hubo paz y por cincuenta años se hicieron cosas; escuelas, hospitales, vivienda, carreteras, presas, se privilegió al pueblo, en los veinte restantes se privilegió el capital y se hicieron cosas, pero para beneficiar a los ricos y hacerlos más ricos, y se instaló el populismo como retórica y medio de dizque integración social, con las consecuencias que hoy conocemos, y después del dos mil dos, vivimos una pandemia populista, para de esa forma asegurarse los votos para uno u otro partido. Estamos instalados en una espiral decadente brutal.

Pues si los chinos hacen planes para cien años, y nosotros para cien días, y ni así nos salen. Será mala suerte o ¿será que así nos gusta?

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