Hay hombres que, vibrando en armonía con el universo, están iluminados por el ángel de la vida, seres que todo lo hacen bien y a la primera, hombres que son triunfadores en cualquier oportunidad que la vida les brinda.
Uno de ellos es don Jacobo Zabludovsky Kraveski, personaje emblemático de la comunicación social en México, quien está más vigente que nunca desde la radio; en su programa De Una a Tres en la Red, que se transmite desde Radio Red del Grupo Radio Centro, de acuerdo a IBOPE (Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística), ha logrado encabezar el rating de los informativos radiofónicos de medio día a nivel nacional.
De Una a Tres en la Red proyecta a un Jacobo que en una época de violencia y desaliento nos contagia su entusiasmo, su amor a la vida; periodista siempre bien informado, enriquecido por su conocimiento a detalle del Centro Histórico de la Ciudad de México, don Jacobo, además de ser un experto en comunicación, es un amplio conocedor del arte de la tauromaquia y no podemos olvidar su amor profeso al tango como género y a la vida de Carlos Gardel, porque como él comenta: "El tango reafirmó su fisonomía, se separa de la canción pampera, del bolero -porque el bolero no describe historias, sino amores (Bésame mucho, por ejemplo), y crea su propia leyenda, que lo hace distinto de otros géneros musicales".
Bajo el liderazgo experimentado de don Jacobo, un profesional equipo de trabajo informa de manera oportuna de todos los temas, desde noticias económicas, nacionales, internacionales, deportes, sin faltar el resumen de la hora o un tema sustantivo de la conurbación del D.F., como la información vial, notas urbanas en el preciso instante en el que suceden; De Una a Tres en la Red es el único programa radiofónico en México que, grabado en viernes, es repetido sábado y domingo.
Mucho tenemos que agradecer a Grupo Radio Centro, al licenciado Francisco Aguirre Gómez, quien tuvo la inteligencia de invitar a don Jacobo para que, el 1 de septiembre de 2001, volviera a la pasión de su vida: la comunicación por radio, a la que se había incorporado desde 1946, en Cadena Radio Continental, como ayudante de redactor de noticieros; posteriormente, en 1947, ingresaría como subjefe de Servicios Informativos de la XEX, para en 1950 iniciar con la producción y dirección del primer noticiero profesional de la televisión mexicana, en donde trabajó ininterrumpidamente durante 50 años, hasta el 30 de marzo de 2000, fecha en que renunció a la mayor empresa de televisión de América latina: Televisa.
Don Jacobo está en el oficio que la vida le tiene asignado, es un hombre que nació para comunicar y vaya que lo sabe hacer espléndidamente bien; su sensibilidad a flor de piel hace que cuando uno escucha su programa, parezca que no da las noticias, que las platica para cada uno de sus radioescuchas, de una forma por demás agradable y amena.
La crónica sin igual desde el teléfono de su carro, el 19 de septiembre de 1985 -la cual le valió un reconocimiento internacional-, expresa por sí misma el oficio de vida de comunicador que don Jacobo transpira: "Algunas veces la labor informativa se ve sujeta a la necesidad de no hacer alarmismo ni amarillismo; hoy cualquier cosa que se diga, dentro de los límites de la realidad, se ajusta a la esfera de una tragedia sin precedentes...".
Como viejo que soy, creo saber que el secreto del éxito en la vida de don Jacobo es la perseverancia para crecer y servir que encuentra en Sarita, su esposa y fiel compañera, madre de sus tres hijos y abuela de diez nietos, mujer talentosa, amable, inteligente, quien con su amor lo ha apoyado para salir adelante, venciendo los tropiezos de la vida y las batallas contra el cáncer; Sarita proyecta amorosamente a Zabludovsky a una armonía con el universo, a convertirse en lo que es... ¡un triunfador de la vida!
Son cientos las anécdotas sucedidas a este hombre sin el cual no se puede entender la segunda parte del siglo XX mexicano, una de ellas es aquella ocasión en la que, el 3 de octubre de 1968, al día siguiente de la matanza de Tlatelolco, Zabludovsky recibió una llamada del presidente Díaz Ordaz, "estaba muy disgustado", reclamándole que en el noticiero nocturno de la víspera, transmitido por el Canal 4, hubiese aparecido en pantalla portando corbata negra.
--¡Señor presidente! -explicó Jacobo-, yo uso corbata negra desde hace años... ¡no tengo otra! El mandatario terminó la brevísima charla".