SI EN ALGÚN país suceden cosas extrañas o extraordinarias es en México. No creo que en otras latitudes del mundo pasen sucesos que serían la envidia del conocido y gustado programa "Aunque Usted no lo Crea".
TODO ESTO viene a colación con motivo del aumento de la tarifa del Metro de la Ciudad de México, en donde actualmente se cobra a los usuarios dos pesos por boleto, sin embargo, Don Marcelo Ebrard logró, a la chita callando, el aumento a tres pesos boleto, gracias a los votos que en la Asamblea Legislativa emitieron los diputados perredistas y al clamor generalizado de los usuarios que así se lo demandaban.
HUBO UNA ÉPOCA ya muy lejana, que las nuevas generaciones no conocieron, en que el aumento en las tarifas del transporte motivaban fuertes movimientos de los estudiantes del la UNAM y del Poli. Se tomaban las calles y se paralizaba el transporte en la Ciudad de México o en cualquier otra ciudad medianamente importante del país. Existía una rebeldía ciudadana en contra de los abusos del Poder tratándose de servicios públicos.
PERO LOS TIEMPOS han cambiado. Don Marcelo logró incrementar en un 50% el precio de los boletos del Metro y nadie dijo esta boca es mía. Todo mundo anda más ocupado en gastar los aguinaldos y en organizar la posada como para reflexionar sobre asuntos que son de interés público.
PERO EL AUMENTO sería lo de menos si no fuera por la manera y forma como a Don Marcelo se le ocurrió manejar el aumento. Resulta que según el Jefe de Gobierno se levantó una encueta entre los ciudadanos, (cuyo método y muestra no explico), por medio de la cual se le preguntaba a los usuarios del Metro si estaban de acuerdo o no con el aumento de las tarifas.
LOS RESULTADOS de la encuesta rayan en lo increíble, pero también en lo cínico y en los patético. Según la encuesta de Don Marcelo, el 80 por ciento de la población estuvo de acuerdo en que les aumentaran el precio del transporte.
PERO, ¿EN QUÉ cabeza cabe que esto pueda ser verdad? EL Metro mueve aproximadamente a cuatro millones de usuarios cada día. Es imposible que se les haya encuestado con una muestra representativa, pero lo más increíble, es que los desventurados de la fortuna que tienen la necesidad de hacer uso de ese medio de transporte, hayan contestado a la encuesta que Sí, que estaban conformes (quizá hasta felices) por el aumento.
LA BURLA DEL JEFE DE GOBIERNO no tiene límites. Piensa que los chilangos son tontos y que con encuestas manipuladas y amañadas puede burlarse de la población.
EL CASO ES PARA RIPLEY: Usuarios que aceptan encantados y felices el aumento de las tarifas.
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