Han de tener muy buen sueño, lo que es una bendición de Dios.
Menos difícil que si hubieran tenido que rescatarla de un embargo bancario.
Ahora el rancho se llama "Hacienda PFP y Asociados, SA de CV".
Ya dice el viejo y castizo proverbio: "cuando las ganas de joder aprietan, ni las tumbas mortuorias se respetan".