Clasificación:
Aunque puede parecerlo, la trama de Duplicidad no es más rebuscada que la de ninguna de las películas de la serie La Gran Estafa, que luego fueron doce y ahora trece.
La historia de dos espías que comparten un expediente amoroso tormentoso añade, eso sí, el uso aparatoso de flashbacks a la obligatoriamente convulsa narrativa del subgénero de las estafas. Este rebuscamiento agregado a muchos destanteará, y a otros más les caerá gordo.
Ambos espías trabajaban para sus respectivos gobiernos, aunque ahora trabajan para el sector privado. Han venido encontrándose desde hace años, y coinciden de nuevo mientras para la misma compañía buscando robarle a una empresa rival la fórmula secreta de un producto que revolucionará los mercados y le hará ganar cantidades inimaginables de dinero. ¿Qué es el producto? No puedo decírselo, pero es tan importante que, según las predicciones de la comedia futurista "La Idiocracia", ese producto y los remedios para la disfunción eréctil se convierten en los únicos objetivos por los que la ciencia trabaja.
La cinta es divertida y cumple con los requisitos del subgénero: acción, engaños, enredos, gadgets, locaciones cosmopolitas, etc., pero difícilmente se convertirá en un éxito de taquilla, como tampoco es éxito de crítica. Y es una lástima, pues el desenlace de la trama, la forma en que las cosas se resuelven para los héroes de la cinta es muy poco común. La película juguetea con ideas profundas sobre la confianza y la falta de ésta. Además de que no abundan las cintas sobre espionaje industrial y competencia desleal entre corporaciones, un tema sabroso que impacta positivamente la vida de los consumidores. Creo que positivamente, porque cuando ocurre lo contrario, que es la colusión industrial, a quienes consumimos cemento, televisión abierta o partidos políticos nos va de la fregada.
También pasa por la cartelera la cinta La Elegida, un buen drama, aunque no lo mejor de la admirable española Isabel Coixet. La Elegida es la historia de un depredador sexual ilustrado (Ben Kingsley), profesor universitario y personalidad del mundo cultural neoyorquino que gusta de ligarse ex alumnas recién egresadas. Su conquista más reciente resulta un bocado peninsular (Penélope Cruz) mucho más grande de lo que puede masticar.
¿Por qué nuestra cultura tolera romances entre edades tan dispares, sólo mientras el mayor sea hombre? Me resisto a pensar que es puro machismo. Supongo que a algún nivel primitivo tendrá que ver la fertilidad, el mensaje que nuestros cuerpos emiten sobre su capacidad de seguir procreando. Como sea, el tema principal de la cinta es el compromiso contra la soledad. La soledad que es mala compañera. Tema muy apropiado cuando se está sentado a dos butacas y una fila de los demás.
Mínimo:
Máximo:
