Las áreas naturales protegidas son espacios geográficos donde los ecosistemas existen en buen estado de conservación, desarrollándose los procesos ecológicos que en otros lugares ya no es posible debido al grado de disturbio antrópico, de ahí que el cuidado de dichos espacios es fundamental para asegurar la conservación de la riqueza biológica existente en ellos. En estos espacios físicos el papel que desempeña la población residente en sus comunidades es clave, puesto que convive cotidianamente con su entorno y de la relación que mantiene con él en gran parte depende la permanencia de la fauna y flora silvestres ahí residentes.
Es por ello que dentro de la gestión que se realiza en estos espacios protegidos la educación ambiental juega ese papel clave, en la medida que sus objetivos son elevar los valores que la población debe cultivar por el cuidado de su ambiente, para que asuma una postura de respeto por éste y se comprometa en la conservación de los recursos naturales. De esa manera, toda área natural protegida debe contemplar en sus planes de manejo y reglamentaciones, la obligación de diseñar programas de educación ambiental que implementen entre la población residente en las comunidades ubicadas dentro de ella, a la vez de que ésta sirva como ejemplo para la población foránea, particularmente aquella que vive en los centros urbanos donde cada vez es menos posible apreciar la naturaleza.
Un ejercicio de este tipo se inició en la Reserva Ecológica Municipal de Jimulco, al ponerse en marcha este año un Subprograma de Educación Ambiental como parte del Programa Operativo Anual, el cual va dirigido a la población escolar, docente y adulta de mujeres y hombres, mediante el cual se pretende promover su participación en proyectos y acciones que contribuyan al cuidado de sus recursos naturales como un medio para elevar sus valores ambientales.
El Subprograma contiene dos proyectos centrales: a) manejo de residuos sólidos, b) colaboración interinstitucional y participación comunitaria. El primero tiene como objetivos promover la participación de grupos de mujeres voluntarias en el establecimiento de un sistema de recolección, acopio, selección y extracción de la basura inorgánica, mientras que el segundo pretende establecer diferentes formas de colaboración entre diversas instituciones públicas y empresas privadas con las comunidades rurales del área, en acciones de educación ambiental que involucran a la población escolar y docente de las escuelas ubicadas en las comunidades de la reserva ecológica, donde participen escolares en clubes ecológicos apoyados por profesores-guía que conformarán una red de educadores ambientales en el área.
Un componente adicional de este proyecto es el de transversalidad, donde mediante talleres y reuniones con contenidos de conservación se promuevan ejercicios en los que se involucren a los grupos de productores y productoras de estas comunidades, también con el propósito de elevar sus valores ambientales por el cuidado de sus recursos naturales que usan en sus procesos productivos.
La educación ambiental, concebida como educación para la conservación, es considerada en la gestión del área natural protegida como un medio que puede, en el corto y mediano plazo, cambiar en una primera fase la percepción de la población residente en la reserva ecológica sobre su ambiente, y en una segunda, también la de la población urbana, contribuyendo de esta manera en el cambio que los torreonenses y laguneros requerimos para transitar en una cultura basada en el desdén por la naturaleza a otra de respeto hacia a ella.
Este ejercicio iniciado en la reserva ecológica municipal de Jimulco, constituye un apreciable ejemplo del esfuerzo que realizan mujeres que participan de manera voluntaria para mantener limpios sus espacios escolares y las calles de sus comunidades, conformando una red que involucra a grupos de ellas que colaboran en este esfuerzo colectivo, pero también es reconocible el esfuerzo de los profesores que se involucran con sus alumnos en actividades educativas extracurriculares como el mismo manejo de la basura, reforestaciones de sus escuelas y comunidades, o el de los grupos de productoras y productores que comprenden la relación existente entre la actividad económica que desarrollan y los recursos naturales que utilizan para la generación de bienes. Es por ello que dicho esfuerzo debe conocerse.