En la actualidad, a fin de cuentas lo que importa es la manera de ganar dinero; alguien dice que con un título en la mano esto se hace con menos esfuerzos. Las escuelas y las universidades están en auge puesto que ofrecen esta oportunidad; por otra parte, las necesidades educativas no se reflejan en el consumo de libros.
¿Por qué habría de reflejarse la educación en el consumo de libros? Todos los conocimientos se encuentran ahí. Un maestro no inventa lo que enseña lo aprende primero y a partir de lo aprendido puede hacer sus nuevos descubrimientos. Todas las ciencias producen libros y si se dice que en las universidades abundan los investigadores, con mucha más razón habría que subrayar que esas investigaciones se dan a conocer en textos; y que para estar al día habría que consumirlos.
Pero tampoco, o al menos no hay mucho conocimiento de esos textos que esos investigadores están produciendo constantemente en todas a las ciencias. Subrayo que hablo de las ciencias, no de la literatura. Para mantenernos al día habría que estar consumiendo esta información, como un sistema de educación permanente.
El enfoque es otro que no tiene nada que ver ni con la verdadera educación ni con el consumo de información o la compra de libros. El engaño, en estos días que vivimos con el engaño permanente es, si lo que se necesita es un título esto puede restringirse al papel, al objeto en sí, no a lo que representa. Hay muchas maneras de agenciarse un papel sin que ello implique conocimientos. En esto estriba el negocio.
Nos vamos acostumbrando a no batallar y cada vez batallamos menos. Como a los problemas no los enfrentamos de frente estos permanecen sin resolución. El problema educativo continuará como tantos otros problemas latentes con mucha palabrería inútil y mejorales demagógicos para que la gente crea que se hace o por la mera justificación de un puesto con un buen sueldo incluido. El problema educativo no se soluciona si no se resuelve el problema social.
Por principio de cuentas la educación es la piedra angular de la cultura. Esta es otra palabrita de la que todo mundo habla pero no acabamos de entender que significa exactamente. Confundimos cultura con bellas artes o con la acumulación de conocimientos inútiles. La cultura es otra cosa; yo sé que cada quien la define como le da la gana, o como le enseñaron o como cree que es; sin embargo, las definiciones son universales y deben de ser aplicadas a cada caso donde se emplea la palabra. En eso no nos ponemos de acuerdo por eso consideramos a la cultura como inútil, pasada de moda, adorno y todo lo demás. Pero ¿qué es cultura? simple y sencillamente nuestros paradigmas de referencia, nuestros modelos, estatutos, normas que nos rigen y que dan un sentido a nuestra existencia, que nos definen la razón de ser y de existir, la trascendencia o intrascendencia del hombre. Incluye: nuestros mitos, ritos, la religión, la filosofía, la ciencia, el arte, los usos y las costumbres las tradiciones.
Es todo lo que da sentido a la vida. Lo que explica la vida de donde se desprende la norma de relación.
Nuestra capacidad de producir cultura es lo que nos diferencia de los animales. Porque somos racionales tenemos la posibilidad de hacer conciencia y porque somos conscientes le damos dirección a la vida; por ello hacemos cultura.
Aparte somos sociales. No vivimos solos. Como miembros de una sociedad aprendemos los parámetros culturales en los sistemas educativos que la sociedad pone a nuestra disposición. El sentido de la vida social debiera de convivir con el sentido de la vida personal. Cuando esto no es así, se produce el conflicto.
Hoy estamos muy lejos de esto. La educación ha perdido la dignidad que debiera de tener. Por principio de cuentas nos reímos de las primeras preguntas ontológicas ¿Qué es el ser? Buscamos lo práctico, lo que aparentemente resuelve el problema de un aquí y de un ahora. Los últimos años no la hemos pasado en esto y ahora estamos en el hoyo; ninguna de las universidades que nos rodean ha levantado la mano para decirnos, yo tengo la solución porque en realidad me estoy dedicando a hacer ciencia y a hacer cultura; entendiéndose esto último como dar sentidos.
Seguimos produciendo mano de obra barata; esto si que le conviene al sistema. Pero la gente no se da cuenta de que es parte de esta mano de obra barata que tiene que competir con los chinos y por eso se puso de moda el mandarín. ¿Será esto parte de l cultura de la subsistencia o la mala existencia? No lo sé. De lo que estoy seguro es de que el espejismo funciona. No importa como obtengas un título piensas que con él se te abrirán las puertas, lo que no quieres ver que a tu alrededor hay doscientos o quinientos que buscan el mismo puesto que tú y que seguramente se lo darán al más barato o al más maleable.
Libro a recomendar como crítica a un sistema educativo: El retrato del artista adolescente de james Joyce ; o stephen el héroe. Otros que hablan sobre estudiantes, Los cachorros, la ciudad y los perros de Vargas Llosa.
Nos estamos convirtiendo en una sociedad desadaptada.
