Asesinato ocurrió en la sierra de Durango; militares eran del área de Inteligencia.
En la comunidad de Ciénega de Escobar, perteneciente al municipio serrano de Tepehuanes en Durango, fueron asesinados dos tenientes de Inteligencia militar. Junto a los cuerpos de los militares se encontró un mensaje que decía: "Con 'El Chapo' nunca van a poder, ni sacerdotes, ni gobernantes".
Los cuerpos sin vida de los militares fueron encontrados junto a un vehículo Ford, con placas de Guerrero, según agentes de las policías de Tepehuanes y Guanaceví, quienes fueron los primeros que respondieron al ser notificados de la presencia de los cuerpos.
Apenas el viernes de la semana pasada, el arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, afirmó que Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo", vivía delante de Guanaceví, municipio del Noroeste de Durango. Tepehuanes, municipio donde ocurrió el asesinato está unos kilómetros al Sur de Guanaceví.
Los militares fueron acribillados la madrugada del martes y han sido identificados como Jesús Antonio Cabrera Rosas de 28 años de edad y Jesús Sánchez Meléndez, de 30 años, ambos tenientes y adscritos al área de Inteligencia, según elementos del Ejército que identificaron los cuerpos.
De acuerdo a las autoridades los cuerpos estaban atados de manos, y uno de ellos tenía los ojos vendados. Debido a que los militares realizaban labores de Inteligencia vestían como vaqueros. No se confirmó si los militares investigaban el paradero de Guzmán Loera.
Al lugar llegaron los agentes del Ministerio Público de Santiago Papasquiaro, así como elementos de la Dirección Estatal de Investigación y el Ejército, quienes levantaron 17 casquillos percutidos calibre 9 milímetros, cinco R-15 y 87 de "cuerno de chivo".
Los cadáveres de los militares fueron trasladados en helicóptero a la ciudad de Durango, donde se les realizó la necropsia.
Tras el asesinato se inició un fuerte operativo por tierra y aire en el Noroeste de Durango, donde las autoridades esperaban encontrar a los sicarios.
Ayer, obispos del país pidieron a sacerdotes asumir una actitud de "prudencia'' cuando se pronuncien sobre el narcotráfico, ante revelaciones de amenazas.
