Ataque. En el lugar de la masacre de unos ministeriales sinaloenses se encontraron más de 60 casquillos percutidos.
Por lo menos 60 detonaciones de fusiles AK-47 y pistolas .9 milímetros se escucharon en la zona limítrofe de Durango y Sinaloa, disparos que fueron dirigidos a una patrulla de la Procuraduría de Sinaloa en la que circulaban un comandante y cuatro agentes de la Policía Ministerial arrojando saldo de tres muertos y dos lesionados; el gobernador del vecino Estado, Jesús Aguilar Padilla, presumió que los asesinos son integrantes de una gavilla que opera en la región serrana de ambas entidades.
El comandante Lucas Ávila González y los agentes Jesús Alberto Osuna Medina y Luis Enrique Flores Rodríguez, efectivos de la Policía Ministerial de Sinaloa, perdieron la vida a causa de múltiples impactos de bala que recibieron quedando lesionados también por heridas de armas de fuego Antonio Verdugo Corrales y Martín Escobar Hernández.
Los hechos se suscitaron cuando los ministeriales iban circulando por un camino de terracería de Cosalá, Sinaloa, colindante con Durango, con la encomienda de ejecutar órdenes de aprehensión y de pronto entre la oscuridad de la noche salieron varios gatilleros y abrieron fuego en su contra.
El gobernador de Sinaloa declaró que se trata de gavillas que desde hace años han estado subiendo y bajando en la Sierra, considerando que está muy focalizado ese problema, debido a que Cosalá y San Ignacio colindan con Durango.
