¿No está harto de los pleitos y discusiones en el Congreso? ¿Se siente frustrado porque como ciudadano común y corriente no puede hacer nada por los impuestos que nos van a imponer? ¿Está cansado de ser tan sólo un inútil espectador de tan deplorable espectáculo? Lástima que no haya tenido la oportunidad de irse por unos días a Guanajuato, a recargar las pilas de optimismo, llenarse los ojos y alimentar el alma con arte, como hicimos este año un pequeño grupo de amigos. Para el año próximo, haga el plan con tiempo (los diputados y senadores van a estar discutiendo lo mismo por estas fechas) y lo más seguro es que las cosas empeoren o al menos sigan igual, así que mientras todavía pueda, haga algo que dependa de su decisión. Póngase listo, desde principios de 2010 comience a buscar ofertas de un hotel y reserve; convenza a unos amigos de hacer lo mismo. A mitad de año, cuando se da a conocer el programa del Festival Internacional Cervantino -que no se le pase-, revíselo y escoja los espectáculos que le llamen la atención, y si puede, búsquelos en "YouTube" para conocer de qué se trata; podrá ver y oir algo que le ayude en la selección.
Después de 37 años de escuchar y leer sobre el festival y no hacer nada por asistir, tres parejas de amigos dejamos atrás la entonces lluviosa e inundada ciudad de Torreón y nos fuímos por 5 días a Guanajuato. ¡Qué atinada decisión! Algo que estaba en nuestras manos hacer y lo hicimos.
El Festival Internacional Cervantino, cuyos orígenes se remontan a la tradición del teatro universitario de Guanajuato, a su repertorio del Siglo de Oro español y en especial a la obra de Cervantes, se ha celebrado desde 1972. Tiene como escenario la Ciudad de Guanajuato, fundada en 1546, la posesión más rica del Imperio Español durante la colonia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988 y Capital Cervantina de América en 2005.
Es el festival cultural más importante de México y uno de los más relevantes de América; durante estos últimos 37 años ha recibido manifestaciones culturales de todas las regiones del mundo: ópera, música, danza, teatro, artes visuales, cine y actividades académicas. Para todos los gustos, desde lo más clásico hasta lo más nuevo, porque "su permanencia es signo de respeto absoluto a la creación, a la libertad y la imaginación", según se lee en el manual de información -267 páginas- que se entregaba en forma gratuita a todos los visitantes.
Cada año un estado de la República y una ciudad extranjera son los invitados de honor. En esta ocasión fue Zacatecas y la provincia canadiense de Quebec. Dos mil trescientos artistas procedentes de veinticinco países durante 19 días -del 14 de octubre al 1° de noviembre- habrán ofrecido un promedio de 450 funciones, en 70 foros, captando alrededor de 500,000 espectadores entre las ciudades de León y Guanajuato, así como los visitantes de otros estados y países.
Lo más razonable y práctico probablemente sea asistir un fin de semana largo (como nosotros) -de jueves a domingo- y presenciar de 8 a 10 espectáculos diferentes, además de exposiciones y presentaciones callejeras de mimos y payasos, o alternar por calles y placitas con personajes famosos como el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (un queretano con iniciativa) que daba todo el tipo y además, extraordinariamente caracterizado, con yelmo, escudo y lanza en ristre. Por una foto cobraba módicos diez pesos por persona. También deambulaban en grupo, con todo el atuendo completo y hasta el estandarte de la Guadalupana Don Miguel Hidalgo y Costilla, el cura Don José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende y -¡no faltaba más!- Doña Josefa Ortiz de Domínguez. (El Corregidor se quedó en casa.) ¡Puro ingenio mexicano!
Una Gala de Ópera con la Orquesta y Coro de Bellas Artes, un recital de piano y clarinete (Estados Unidos y España) , el Cuarteto Latinoamericano (chilenos radicados en México) el Cirque Eloize y el Tearo Sunil (Quebec), Ophelié Gaillard (violoncello) y Dominique Plancade (piano) así como una pareja de mimos extraordinaria (Francia), Tembembe (excelente y talentosísimo grupo de estudiosos de la música tradicional mexicana y su relación con la música del periodo barroco latinoamericano y europeo) y la presentación de las Bandas de Guanajuato y la Internacional Banda de Zacatecas, más de 200 músicos en escena interpretando las más tradicionales piezas de la canción mexicana, fueron algunos de los espectáculos más relevantes de nuestra visita.
A pesar de los torrentes de gente que circulaban todo el tiempo por las estrechas y adoquinadas calles de Guanajuato, llamaba la atención la limpieza de la ciudad, la actitud civil y ordenada de los visitantes, pero en especial la amabilidad de los habitantes -taxistas, meseros, empleados de hoteles y vendedores de toda suerte de artesanías-. O sea que sí se puede.
En cada uno de los nueve espectáculos a los que asistimos -todos rigurosamente puntuales- fuimos recibidos por jóvenes con cubrebocas y guantes, que entregaban a cada persona una bolsita con un paquete de pañuelos desechables, una botellita de gel antibacterial, un cubreboca y una tarjetita con información sobre la influenza. Amablemente preguntaban, "¿Algún síntoma de gripe, tos o fiebre?" Y le echaban un chorrito de gel en las manos.
La calidad de los espectáculos así como la destreza y profesionalismo de los artistas, fue indiscutible; todos en diferentes foros, desde la histórica explanada de la Alhóndiga de Granaditas, los teatros Juárez y Principal, el magnífico Templo de La Valenciana, el salón del Consejo Universitario, hasta el Auditorio de Minas y el modernísimo Auditorio del Estado, fueron oportunidades para admirar algunos de los sitios más representativos e históricos de esta bellísima ciudad colonial.
No todo es crisis; ni todo lo que se inició en el pasado es reprobable. Todavía hay muchas cosas en nuestro país que se han hecho muy bien, y se siguen haciendo bien, lo cual es aliciente para no perder la fe y seguir adelante.
(En nombre de quienes colaboramos en esta columna Las laguneras opinan..., te enviamos, Quecha, nuestras más sinceras condolencias por el fallecimiento de tu querida Madre: "Una vida larga, una vida corta. ¿Qué hace la diferencia entre ellas? Una vida llena de belleza.")