¿QUÉ CAMBIA EN TERAPIA?
Invariablemente todas las personas que asistimos a un proceso psicoterapéutico tenemos la misma expectativa: estar mejor. Algunos vamos porque no podemos dormir por las noches, porque nos sentimos solos, vivimos un proceso de divorcio, o porque simple y sencillamente sentimos malestar por nuestra forma de vivir hasta el momento.
Pero qué ¿cambia en una terapia psicológica? Podríamos explicar esto desde diferentes teorías psicológicas como puede ser la freudiana, la humanista, la cognitivo conductual o la gestal entre otras, pero no es la intención hacer un tratado de psicólogos para psicólogos, sino algo que sea entendible a la persona que se siente mal y busca una solución a sus dificultades.
Todas las psicoterapias buscan que el individuo mejore, y para que esto suceda lo primero que tendría que pasar es que acepte que tiene algún malestar y algo que desea cambiar. Este primer paso es muy difícil de dar ya que atribuimos a otros nuestras desgracias y decimos: "estoy triste porque fulanito no me hace caso", o "me encabrita que mi hija no piense como yo", o "no puedo dormir porque mi jefe es un inepto y me presiona". Pero existe un pequeño momento de consciencia donde yo digo, quizás pueda ser que no sea culpa de mis 12 novias que no hallamos podido llegar al matrimonio, probablemente sea yo el del problema. Después de asumir la responsabilidad o al menos algo de ella, nos presentamos ante el psicólogo y comenzamos a asumir que algo en nosotros no está bien y podemos cambiarlo. Se inicia la segunda etapa que es cuando se identifican patrones de conducta que hemos tenido a lo largo del tiempo, como por ejemplo que yo tenga problemas con mi hermano, con mis compañeros de trabajo, y con mis amigos. El patrón de este caso es que generalmente estoy en conflicto con personas de mi mismo sexo en lugares diferentes, probablemente por la competencia.
En esta etapa no pocos pacientes deciden abandonar el tratamiento debido al miedo o angustia que resulta de darse cuenta de los patrones aprendidos a lo largo de su vida, y existen a mi entender dos caminos: el abandono de la terapia o el seguir adelante con la motivación suficiente para poder afrontar las vicisitudes que la vida nos depara.
En el primer caso se encuentran justificaciones como "no tengo tiempo", "está muy cara la consulta", "el terapeuta no está capacitado" o "no salgo de lo mismo". En el segundo caso se asume que es un proceso de cambio y que el malestar produce que busquemos mejorar.
Dentro de la tercera etapa conseguimos modificar nuestros patrones de conducta. Esto se da debido a que sabemos nuestro problema, su origen y lo que nos corresponde cambiar. Un ejemplo de esto nos lo da la esposa que se da cuenta que las expectativas que ella tiene de su marido son muy reales, al pedirle que le sea fiel, que compartan tiempo y la respete, cuando lo que recibe de él es violencia, infidelidad y nulo tiempo destinado a la pareja, por lo cual decide iniciar los trámites de divorcio. O el chico que se da cuenta que tiene miedo al compromiso por el temor a que lo dejen solo y finalmente decide cambiar terminando la carrera y consiguiendo un buen empleo.
Es sumamente difícil explicar qué se siente y cómo se vive el proceso terapéutico, debido a que esto es personal y por obvias razones diferentes en cada persona. No se pretende abarcar con tres pasos lo que sucede en la terapia, pero si se intenta dar un esbozo de lo que acontece dentro de ella, sobre todo para las personas que creen que el terapeuta es una persona dotada con facultades extrasensoriales y puede solucionar nuestras dudas con una sola sesión por el simple hecho de ver cómo viene vestido o el color del iris que tiene.
Es importante recalcar que la psicoterapia o terapia comúnmente llamada, no es de dos sesiones y que el cambio no ocurre nada más con asistir, hay que trabajar en modificar nuestra conducta, con la motivación suficiente para lograr legar al final, para tener en el futuro herramientas necesarias para afrontar las dificultades emocionales que se vayan presentando.
Yo me pongo a pensar, si invertimos grandes cantidades en bebidas alcohólicas, comidas bastas, en tabaco o fiestas continuas, ¿por qué no podemos invertir algo de nuestro tiempo y dinero en algo valioso e irremplazable como somos nosotros mismos?
Coincido que el momento económico, social, de seguridad y de crisis de valores es difícil, pero creo que debemos de invertir en nosotros mismos, porque si no cuidamos de nosotros. ¿Quién lo hará?