Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

EL DIVÁN

LIC. JOSÉ ANTONIO MIRANDA HERNÁNDEZ

"PERDÓN HIJO, NO ERA MI INTENCIÓN"

Platicando hace algunos días mi esposa y yo hablábamos de la educación de los hijos, que si había que regañarlos, que si unas nalgadas, que si platicábamos, etc. Finalmente medio nos pusimos de acuerdo, medio nos enojamos y eso sí, cenamos muy rico. A pesar de haber trescientos cursos de escuela para padres y otros más de programación donde le dicen a uno como educar un hijo como si estuviéramos armando un mueble de cocina, las dificultades con los hijos persisten. Y esto tiene que ver desde mi perspectiva, con la expectativa de tener hijos que no den problemas o sean tan educados que hasta para dormirse tienen que pedir permiso, cuando en realidad lo importante es que problemas siempre van a existir, porque son parte del crecimiento y el cómo lo resolvamos, va a determinar la calidad en la educación de los hijos.

En innumerables ocasiones me ha tocado estar en pláticas de que si este colegio es mejor que aquél, que si acá los dejan hacer lo que ellos quieren, que si por allá sí tienen libertad, que si por este lado los tratan como generales, etc. Finalmente estas pláticas sirven para pasar el rato y tener algo que comentar mientras degustamos una de las innumerables carnes asadas, ya que tanto los padres de un bando como del otro no van a cambiar a sus hijos de colegio sólo porque el compadre en estado de beodez le dice que la escuela donde están sus vástagos los hacen Albert Einstein. Lo que creo deberíamos comentar es que la educación de un hijo no lo hace la escuela, la hace uno desde la casa y no los maestros que aparte de salir mal evaluados, salvo honrosas excepciones según la SEP, saben muy poco de los procesos pedagógicos y psicológicos de los chamacos.

¿Pero qué pudiéramos hacer los padres con la educación de los hijos? ¿Qué valores enseñarles? ¿Cuándo platicar o cuándo regañar? A simple vista parecerían preguntas sencillas sin embargo la idiosincrasia del mexicano "ayuda" a preservar algunas conductas como padres. Uno de ellas es la culpa. En esta época de modernidad y de productos Light es cada vez más difícil para el joven identificar lo que le conviene de lo que no, debido a que la mercadotecnia lo que hace es tratar de vender productos independientemente de ser necesarios, convirtiendo el deseo en una necesidad y contribuido a que los jóvenes sí tengan al alcance mucha información y la capacidad de contactarse con gente en el otro extremo del mundo, sin embargo esta tecnología como todo, propicia al igual que la mayoría de los medios de comunicación que los jóvenes ahora sean más irrespetuosos, más violentos y más exigentes con los padres. Esto nos lleva a un fenómeno muy interesante, como el que los hijos gobiernen a los padres y los hagan sentir culpables de ejercer su autoridad, lo que finalmente deviene en un chantaje continuo del hijo, que maneja a los padres debido a que estos últimos sienten que si no hacen lo que sus criaturas quieren, no los aman.

Un ejemplo de esto se da cuando el padre le presta el coche al hijo para salir con su pretendiente. El progenitor accede y le fija el horario de la una de la mañana para su llegada. El hijo piensa que el padre está pasado de moda y el "ambiente" apenas empieza a esa hora y decide llegar a las tres. Obviamente el padre se enoja y el hijo le responde al papá que no lo entiende porque es de tiempos en que Michael Jackson era de color negro. Con la intervención de la madre el papá no le proporciona al hijo el castigo acorde a la falta y éste no recibe su castigo porque el papá no se quiere sentir fuera de onda.

Siguiendo con el mismo ejemplo, pasa con padres que hacen de los castigos y regaños lo cotidiano y no lo eventual. Maltratando a diestra y siniestra a los hijos con el afán de demostrarles quién es el que manda en la casa.

A mi consulta llegan una gran cantidad de los dos casos de los que estamos hablando, con padres verdaderamente preocupados por la salud de sus hijos, pero con una culpa y una confusión del tamaño del mundo, porque sienten que a sus hijos los lastiman o peor aún sienten que sus hijos los manejan como si ellos fueran los hijos y no los padres.

Créame, este tipo de situaciones se da en ocho de cada diez familias en México, sin embargo sólo dos a final de cuentas buscarán ayuda, y sólo una buscará a un profesional o experto que lo ayude a comprender si lo que está pasando en su familia necesita un ajuste o un tratamiento psicológico.

¿Pero cuál sería la recomendación? Desde mi punto de vista el asumir que ser padre no sólo implica el proceso biológico de la reproducción, o comprarle a mis hijos lo que le pidieron al cada vez más pobre Santa Claus, sino involucrarme emocionalmente con ellos y acompañarlos en su proceso de crecimiento sin invadirlos, ni solucionarle los problemas que ellos tendrían que ir resolviendo.

Es muy importante no dejar esta labor a personas o instituciones externas, que si nos pueden ayudar, pero reforzando los conocimientos y valores de la casa y no al revés.

Finalmente en estos casos lo importante es equivocarse siendo congruente, que vivir siempre creyendo que se está bien cuando lo que más se hace es equivocarse.

Mi correo electrónico:

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 476220

elsiglo.mx