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EL DIVÁN

LIC. JOSÉ ANTONIO MIRANDA HERNÁNDEZ

¿Por qué nos da miedo asistir a una terapia psicológica?

En primera instancia no sé si la palabra miedo defina el sentimiento que invade a las personas para no acudir con el psicoterapeuta. Sin embargo a lo largo de los años en consulta el común de los pacientes encuentra temor de asistir a estos servicios y no tanto por la cantidad económica a devengar, como al miedo a darnos cuenta de que los únicos responsables de nuestras desventuras y deseos rotos somos nosotros mismos.

Comentando con profesionales de la salud mental me dicen que del 100 por ciento de los individuos que asisten a consulta el 40 por ciento aproximadamente abandona el tratamiento, y sólo el restante 60 por ciento alcanza a terminar satisfactoriamente su asistencia a consulta. Hablamos aquí de la gente que acude con un especialista de la salud mental sea éste un psicólogo o psiquiatra según sea el caso. Pero existe un alto porcentaje de la población que decide antes de ir a consulta pasar por el sacerdote, por el mejor amigo, por una limpia o tradicional "barrida", por platicar con los Ángeles o incluso hacer viajes con sustancias alucinógenas buscando encontrar bienestar a sus dificultades diarias. Desde luego son muy respetables todas las personas, profesiones u oficios antes mencionados pero siempre lo mejor va a ser la consulta del especialista en el área. En otras palabras cuando tengo un malestar de muelas en medio de la noche, ¡no voy a buscar a un ginecólogo para que me extraiga la muela! Lo mismo sucede con las emociones, si existe angustia, depresión, tristeza, ansiedad, confusión, lo más recomendable es acudir con el experto en el área: un psicólogo o un psiquiatra.

¿Pero por qué no asistimos a terapia? Pues porque es más fácil y hasta cómodo depositar mis problemas emocionales en una persona externa, en mi mama, en mi pareja, en mi jefe. Cuántas veces no hemos escuchado "si tú cambias tu carácter, seríamos felices" "si mi jefe entendiera mis problemas, yo sería un excelente trabajador", "si mi mamá me hubiera regalado tal cosa, yo sería feliz" y así pudiéramos seguir con innumerables ejemplos que desafortunadamente abundan.

¿Qué hacer entonces? Mi propuesta sería hacernos responsables de nosotros mismos, asumiendo que nuestros deseos, expectativas, cualidades, virtudes y defectos dependen de nosotros mismos y al explorar en una terapia nuestros más íntimos anhelos lograremos conocer que es lo que nos motiva y que podemos hacer al respecto.

Un problema para ejemplificar lo que se dice es el marido que asiste a consulta aduciendo que su esposa es la "culpable" de su violencia hacia ella. Arguye que el arremete verbalmente porque no le tiene la cena lista, no le arregla su ropa y aparte no quiere tener relaciones sexuales cuando él lo requiere. De lo que probablemente tenga miedo el esposo es que él está siendo corresponsable de esa actitud. Ya que sus expectativas son de tener una esposa que aparte de estar dispuesta a tener relaciones sexuales sin desearlo, sea una ama de casa dedicada, amorosa y hasta buena cocinera. Por lo que su expectativa es casi incumplible, porque lo que él esta buscando, es algo parecido a la mujer maravilla, que dicho sea de paso habrá que decirle que esta mujer maravillosa no existe.

Y para no parecer inequitativos hablaremos de la mujer se vuelve adicta y culpa a su madre porque nunca estuvo en casa durante su niñez ya que siempre estuvo trabajando para mantener a su familia y consumir alcohol. Si bien es cierto la mamá tiene responsabilidad, pero no va a determinar las conductas adultas de su hija, ya que ella finalmente tiene la capacidad de decidir, pero esto sólo lo da la madurez, que está por cierto, muy lejos de alcanzar.

Es por estas razones (miedo y falta de responsabilidad) el no querer iniciar un tratamiento psicológico, y no tanto por los factores económicos o de falta de tiempo que se argumentan la mayoría de las veces.

Invitaría pues, a las personas que se sienten tristes, sin saber por qué, que no pueden dormir por las noches, que sienten que su relación va mal, a visitar a un psicoterapeuta, con el fin de entender más a fondo su problemática, entendiendo que en la medida que conozcamos lo que nos pasa, tendremos mayores posibilidades de salir airosos del problema y darnos a su vez la oportunidad de generar seres humanos más conscientes de sus virtudes y defectos y por ende más responsables y maduros.

Mi correo electrónico:

Jose.mirandah@uvmnet.edu

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