GANAR DINERO sin trabajar ha sido uno de los sueños más sentidos del género humano y muy especialmente del mexicano. La lucha diaria por la vida ha tenido a través de las generaciones un alto grado de dificultad. De los siete mil millones de seres que habitan el planeta Tierra igual número ha pensado alguna vez en su vida, lo magnífico que sería el mundo si pudiéramos subsistir sin trabajar.
CON BASE EN esta reflexión que se hace la mayoría de los seres humanos, algunos vivos durante siglos han tenido el ingenio para inventar todo tipo de sistemas ilusorios para ganar dinero sin hacer el más mínimo esfuerzo. En el principio fueron las loterías, el juego de naipes y las “Pirámides” tan socorridas en México, instrumentos que servían para desahogar la pasión humana por ganar dinero sin esfuerzo. A la famosísima Lotería Nacional siguieron otra serie de sorteos que ya son tantos y diversificados que sería imposible relacionarlos a todos. El ráscale, el Pro-gol, Melate, el Tris, Revancha, Multi-Juegos, el Bingo y decenas de otras ilusiones que han servido para que el mexicano, de por sí siempre quebrado y sin dinero, se haga la ilusión de que su suerte cambiará y que muy pronto será el rico del barrio.
PERO AHORA y con la electrónica, han venido apareciendo los “Casinos” de maquinitas, no como las tradicionales traga-monedas que conocimos en Las Vegas, aquéllas con la gran palanca que jalábamos esperando que en uno de esos jalones se resolvieran nuestros problemas económicos. Ahora las cosas han cambiado. Se trata de máquinas lectoras de una tarjeta inteligente y con ella, ha quedado atrás la gloriosa música celestial del tintineo de las monedas cayendo en la caja receptora cuando el ludópata ganaba. Ahora ya no se escucha ese glorioso tintineo. Ahora solamente oímos una monótona música difícil de entender.
ES EN ESTOS NUEVOS CASINOS en donde millones de mexicanos han puesto su esperanza para salir de pobres. Sentados por horas en un estado casi hipnótico, ajenos a su entorno, al tiempo y fuera del espacio, se ponen a picar y picar con verdadero frenesí y como enfebrecidos, unos botones eléctricos que hacen girar figuras en la pantalla y que obedecen a un software programado por el mismísimo diablo, en donde los jugadores adictos ponen esperanzados su destino económico.
LOS MESEROS mientras tanto, pasan solícitos frente a los maniáticos del botoncito, para ofrecerles gratuitamente, refrescos, café o panecillos que los ludópata las más de las veces rechazan de manera automática, sin siquiera voltear a mirar al mesero, para no ser distraídos ni una sola fracción de segundo de la pantalla. Están viviendo su verdadero nirvana. Se encuentran en pleno estado de éxtasis ciertos y seguros de que es cosa de minutos para ganar el dinero que resolverá sus ingentes problemas económicos.
VIENE AL CASO este comentario, con motivo de la información que publicó El Siglo de Torreón sobre los “Casinos” y centros de apuestas que funcionan en el país. Resulta que pese a la crisis que abate a México los “Casinos” han ido creciendo y han tenido ingresos por más de 27 mil millones de pesos. Según el señor Alfonso Pérez Lizaurd, presidente de la Asociación de Permisionarios de Juegos y Sorteos, pagaron el 20% de los ingresos por concepto de utilidades, causaron el IETU y pagaron el Impuesto Sobre la Renta. Todo esto vino a representar aproximadamente 555 millones de pesos para el fisco.
ACTUALMENTE existen 24 empresas registradas con 218 centros de apuestas. Los grupos económicos que detentan los casinos, centros de apuestas y sorteos son: “Grupo Caliente” de Jorge Hank Rhon; “Corporación Internacional de Entretenimiento” que maneja los Yak, el grupo de los señores Arturo y Juan José Rojas Cardona que maneja los Bellavista, Palmas y Sportzone y Televisa (remember Santiago Creel).
MIENTRAS TODO eso sucede, los mexicanos seguimos soñando con ganar dinero sin levantarnos de la mesa de café o sentándonos por horas frente a una pantalla de televisión viendo animalitos, signos, figuritas de indios, unicornios y demás entidades imaginarias o mitológicas, apretando como enloquecidos el botón milagroso que las más de las veces, sino que siempre, les quita más de lo que les da.
PERO LA ESPERANZA siempre muere al último.
Comentarios gaasoc@hotmail.com