NUEVA YORK.- Dicen que la luna de miel entre una pareja puede durar 7 días, 7 meses, 7 años o más, pero de lo que parece no haber duda es que en algún momento se terminan las hormonas, el enamoramiento fácil y el romance, pero empieza la verdadera intimidad.
La luna de miel entre Barack Obama y los medios de comunicación estadounidenses se terminó esta semana. El martes por la mañana el recién inaugurado presidente estaba listo para sentarse ante las cámaras de las 5 principales cadenas de televisión para promover su paquete de reactivación económica, pero, como reporta un video del New York Times, las preguntas de los reporteros se concentraron en los colapsos de su equipo de colaboradores.
Tom Daschle, nominado para el Departamento de Salud, y Nancy Killefer, irónicamente nominada para supervisar la eficiencia de la burocracia federal, tiraron la toalla y decidieron interrumpir el, dirán algunos ex funcionarios en México, excesivo ejercicio de la lupa al que son sometidos los candidatos a puestos de alto nivel en la burocracia estadounidense.
Las razones de forma, pero de peso: Daschle no reportó el uso "gratuito" de un auto de lujo con chofer que una empresa de consultoría le concedió por 3 años como prestación a sus servicios de asesor. Tal omisión generó impuestos de casi 140 mil dólares, de acuerdo con los contadores del fisco. Por su parte, Killefer retiró su nominación debido a no haber reportado la contratación semi-ilegal de una trabajadora doméstica.
Esos casos se suman a que apenas hace unos días Timothy Geithner fuese confirmado como Secretario del Tesoro pese a haber también tenido problemas por más de 40 mil dólares de retrasos con el fisco. Obama repaldó a Geithner y estaba empecinado también en respaldar a Daschle, pero tuvo que dar marcha atrás.
Las razones de fondo: en tan sólo 15 días el joven presidente no puede darse el lujo de seguir quemando su capital político. Ya lo había hecho al tener que echar mano de una argucia legal para salvar el problema constitucional que implicó la nominación de la ex senadora Hillary Clinton, asunto sobre el que escribí en una columna previa. Lo volvió a quemar al respaldar a Geithner, pero Obama, como sus predecesores, se está dando cuenta de hasta dónde puede llevar los límites de una luna de miel.
Si bien el Congreso está dominado por los demócratas, Obama no puede perder tiempo frente a las batallas legislativas que tiene de frente. Y como muestra, el senador John McCain puso fin a la tregua republicana al señalar que el paquete de reactivación económica de Obama contempla subsidios para la millonaria industria fílmica de Hollywood. Por su lado, al asumir la dirección del partido del elefante, el afroamericano Michael Steel también lanzó una garra al criticar el multimillonario plan. En otras palabras, los republicanos empiezan a armar sus armas para las elecciones legislativas de 2010.
La prioridad para Obama en este momento es obtener la aprobación de su paquete y con estos escándalos ha perdido el bono de la luna de miel que trae el inicio de cualquier Gobierno democrático. Con el tropiezo de Daschle, el presidente estadounidense también pierde a quien estaba destinado a dirigir su otra prioridad, la reforma al sistema de salud. Pese a su terca arrogancia inicial, Obama se dio cuenta de que un líder tan cuestionado como Daschle no puede conducir un plan de reforma tan estratégico como el que se prometió en campaña.
Se acabó la luna de miel con los medios, pero esto es tal vez la mejor noticia. Como demuestran los más recientes casos de Bill Clinton y de George W. Bush, la creatividad de un presidente está directamente relacionada con el escrutinio mediático. La llamada "conspiración de la derecha" en contra de Bill Clinton en los 90 forzó a éste a disciplinarse y a ganar la batalla mediática. La automordaza mediática después de los atentados terroristas de 2001 le dieron vía libre a Bush para llevar a Estados Unidos al lugar en el que se encuentra hoy.
En resumen, a mayor escrutinio, mejor desempeño y mayor creatividad. Una prensa no crítica causa estragos en el buen Gobierno. En contraste, la pluma crítica sacó a Nixon del poder. Como en las parejas, el fin de la luna de miel puede ser más benéfico de lo que parece.
Politólogo e Internacionalista
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