EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

El futbol como apaciguador

EL COMENTARIO DE HOY

FRANCISCO AMPARÁN

Si tenemos la certeza de que moriremos sin ver el fin del conflicto árabe-israelí, es porque tenemos los proverbiales pelos de la burra en la mano. Esto es, los elementos para tal certidumbre están ahí para quien quiera verlos. Entre muchos otros están tres muy importantes, a saber: el estatus de Jerusalén, que no se resolverá satisfactoriamente para todas las partes de aquí a que el infierno se congele; la importancia que tienen, cada vez más, los radicales en la escena política israelí; y la desunión y desgarres entre los mismos palestinos, cada vez más divididos y propensos a agarrarse de las greñas entre ellos. O bueno, de los turbantes o lo que usen allá.

De hecho, desde 2007 podemos hablar de dos Palestinas: la Franja de Gaza, que ese año resultó controlada totalmente por el grupo islamista Hamas; y Cisjordania, en donde Al-Fatah y el Gobierno de Abbas campean por sus fueros. Los israelíes tienen un buen rato riéndose como el Lindo Pulgoso, porque alegan que ni siquiera los palestinos saben quién tiene realmente la sartén por el mango.

Por supuesto, Israel no quiere saber nada de Hamas, al que considera grupo terrorista, y que ha jurado la destrucción del Estado judío. Y que no sólo en eso suele tener la mano bastante pesadita.

Por ejemplo: a raíz de su toma del poder en Gaza, Hamas se hizo del control de los equipos de futbol del territorio. Sí, hasta eso quieren manipular en su favor. Lo cual produjo numerosos resentimientos, y no sólo entre los futbolistas y clubes que no comulgan con Hamas.

Sabiendo que su intervención en los asuntos deportivos no es bien recibida, Hamas decidió hacer algo al respecto. Y la semana pasada organizó la pomposamente llamada "Final de la Copa de la Tolerancia y el Diálogo en Gaza"... título igual de sospechoso que el de "Fiesta Grande del Futbol Mexicano", que suele incluir a equipos mediocres que acabaron en la segunda mitad de la tabla general.

En todo caso, la Copa fue disputada por los equipos Al Shate, con jugadores tanto de Hamas como de Fatah, representando al campo de refugiados de ese nombre; y la Asociación Islámica Al Salah, alineada con Hamas. Para darle relevancia al asunto, el trofeo fue entregado por Ismail Haniyeh, el Primer Ministro de facto de Gaza... y uno de los hombres más buscados por Israel.

El juego lo ganó Al Shate por 2-0. Los aficionados, que allá son igual de fanáticos y energúmenos que acá, se llevaron la copa en ruidosa procesión hasta su campo de refugiados... y exigieron que Hamas devuelva el control de los equipos a sus dueños y asociaciones. Así que lo de la tolerancia y el diálogo quién sabe si se haya cumplido.

En todo caso, quizá Hamas al fin entienda que se ha pasado de rosca: una cosa es meterse con la vida familiar, social y hasta sexual de las personas. Pero al futbol... a ése mejor no lo toquen.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 474767

elsiglo.mx