Desde que se inició la construcción del Muro de Berlín, que dividía la comunista República Democrática Alemana (RDA) de la República Federal Alemana (RFA), llamado por los primeros "Muro de Protección Antifascista" y "Muro de la Vergüenza" por los segundos, el mundo entero siguió el desarrollo de los acontecimientos generados por la terrible injusticia de partir a una ciudad en dos. El pueblo alemán se encontró tristemente afectado con el suceso de no poder convivir (ni siquiera contactar) con sus seres queridos; quedaron alejados los padres de los hijos, los hermanos, los parientes, las amistades... por una actitud prepotente y paranoica de los socialistas. A pesar de que todos los países condenaron ese acto, a finales de la década de 1989 (a su caída) las instalaciones fronterizas consistían en: 41.91 km. del muro construido de hormigón armado de 3.60 m. de alto; 58.95 km. de muro prefabricado de 3.40 m. de altura con alarma que detectaba el contacto con el suelo; 68.42 km. de una barrera de contacto de tela metálica con alambre de púas con una altura de 2.90 m.; barreras anti vehículos y antitanques (cuyo desmantelamiento costaría posteriormente miles de millones de marcos al estado); un camino intensamente iluminado de noche para el acceso a los puestos de guardia y la circulación de las columnas militares; 302 torres de vigilancia equipadas con proyectores de búsqueda, que vigilaban los puestos fronterizos de día y con refuerzos de soldados de noche; pistas de control, que no debían ser pisadas por los guardias porque servían para recoger las huellas de los fugitivos y barreras de separación suplementarias, que superaban la altura de un hombre y a través de las cuales se podía ver en oblicuo. Las tropas fronterizas de la RDA tenían orden de impedir la evasión de fugitivos a toda costa, incluyendo el uso de las armas de fuego y para 1989 se habían adiestrado cerca de mil perros policías. A diferencia de lo anterior, las potencias de la RFA tenían solamente tres puntos de control llamados Alfa, Bravo y el "Checkpoint Charlie", muy famoso porque en octubre de 1961 estuvieron diez tanques soviéticos y otros tantos americanos a 100 metros de ambos lados de ese punto durante cinco días, retirándose todos sin un solo disparo. Fue demolido a la caída del Muro y posteriormente se reconstruyó en su estado original, siendo uno de los sitios turísticos más visitados en el Berlín actual.
La caída del Muro se debió a múltiples factores; además de que se estaban presentando fugas esporádicas y después masivas a través de Hungría (en sólo tres días, a principios de septiembre de 1989 huyeron 15 mil alemanes del bloque comunista a Budapest), y se habían incrementado los intentos de huir hacia Berlín de la RFA, en la RDA las organizaciones de oposición se fortalecían a un ritmo acelerado con la participación activa de los ciudadanos exigiendo cambios democráticos que el gobierno ya no podía ignorar; aunado a los innumerables hechos adversos de la vida cotidiana y a la presión de la política internacional. Para octubre de ese año se vio que la revolución dentro de la RDA era inminente, ocurrieron marchas en pro de la libertad, principalmente en Leipzig, y el 23 de octubre lo hicieron alrededor de 200 mil y para el seis de noviembre llegaban a 480 mil. Mijail Gorbachov fue la pieza clave que evitó el derramamiento de sangre pues el siete de octubre en su visita a Berlín advirtió a los dirigentes que no contarían con el apoyo soviético si usaban la fuerza para suprimir las manifestaciones. Ante los éxodos masivos y la proliferación de las manifestaciones de protesta contra el régimen, el siete de noviembre renuncia todo el consejo de ministros de la RDA y el siete de ese mes se anunció oficialmente que a partir de la medianoche los alemanes de la RFA podrían cruzar cualquiera de las sus fronteras sin necesidad de contar con permisos especiales. De inmediato se corrió la voz en ambas partes de la ciudad dividida y mucho antes de esa hora miles de berlineses se habían congregado a ambos lados del Muro, y en el momento esperado se dio lugar el reencuentro largamente anhelado, con la destrucción física del Muro de la Vergüenza. El movimiento revolucionario de la RDA no fue un fenómeno aislado; todos los países del bloque socialista experimentaron cambios radicales en un plazo relativamente corto.
Por todos estos acontecimientos, ahora que se cumplieron 20 años de la caída del Muro de Berlín, con la presencia de personalidades de todo el mundo se llevó a cabo en la hermosa e imponente "Puerta de Brandemburgo" un festejo lleno de regocijo para unos y de tristeza para otros, pero con recuerdos imborrables para todos. Hubo llanto, pero principalmente se sintió mucha alegría al conmemorar este extraordinario acontecimiento, que todos aquéllos que vivimos paso a paso la permanencia del Muro de Berlín por 28 largos años a través de los medios de comunicación (y que creíamos sin solución), también compartimos, porque fue vergonzoso para la historia de la humanidad; no el Muro en sí, sino lo que significaba.
