El museo del escritor aún no consigue sede

MéXICO, DF.- El Museo del Escritor sigue siendo un proyecto atractivo que aún no cuenta con un edificio para albergar las 200 primeras ediciones de autores mexicanos y latinoamericanos, los más de 15 mil libros -sólo de literatura mexicana-, las 150 fotografías y retratos de autores, los 100 objetos personales y las decenas de fotos que conforman su acervo.

Durante más de dos años, la Fundación René Avilés Fabila ha gestionado ese proyecto con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, incluso han propuesto el espacio: el ex oratorio de San Felipe Neri, que forma parte de conjunto arquitectónico donde se ubica la Biblioteca Lerdo de Tejada. Mientras llega la respuesta, han decidido sacar las Joyas del Museo del Escritor y exhibirlas en espacios como la delegación Miguel Hidalgo o la ciudad de Puebla.

Hace dos años, el escritor René Avilés Fabila emprendió el proyecto en la sede de su Fundación, en la colonia Del Valle, para evidenciar a las autoridades la necesidad de un recinto que promueva las letras.

Pero los logros no han sido muchos. Ante la falta de respuesta positiva, decidieron hacer itinerar las piezas emblemáticas del Museo del Escritor por espacios como la Galería Torre del Reloj, en Polanco, donde se exhibió la muestra Joyas del Museo del Escritor.

El proyecto -único en su tipo, pues hay museos de un escritor en particular, pero no uno genérico- consiste en hacer un museo vivo, donde se organicen semanas dedicadas a determinado escritor, conferencias, mesas redondas, talleres, donde se tenga una escuela de escritores.

Para María del Rosario Casco, impulsora de la Fundación René Avilés Fabila y del Museo del Escritor, se trata de un proyecto muy ambicioso y completo, no sólo se darán clases y mostrar la obra de los escritores, sino también se podrían editar libros, tener fonoteca -en su acervo tienen toda la colección de Voz Viva de México- e incluso una videoteca con entrevistas e intervenciones de escritores.

"Queremos hacer promoción en embajadas, con los gobiernos de los estados para que nos den material de sus escritores más importantes. Necesitamos un espacio amplio porque no tendríamos capacidad, el crecimiento del proyecto es infinito, por eso estamos pensando en una casa, creemos que el lugar ideal debería ser el Centro Histórico porque ahí nació la cultura prehispánica, es el centro de nuestra cultura española, ahí nació la universidad, ahí está la Secretaría de Educación Pública, por ahí pasaron todos los escritores de México", señala la también esposa de Avilés Fabila.

 LAS COLABORACIONES Se trata de un proyecto en crecimiento que se nutrirá de las donaciones de amigos escritores vivos, de las que hagan los familiares de autores muertos. Como es el caso de la viuda de Edmundo Valadez, quien está por donar dos escritorios y la máquina de escribir del narrador y promotor cultural, además de una bufanda, una gorra y los lentes de quien fuera el editor de la revista El cuento.

También la familia de Fernando Sánchez Mayan les acaba de donar libros, unos lentes y otros objetos personales del escritor, así como una cajita que perteneció a Xavier Villaurrutia y varias fotografías en las que aparece con colegas como Jorge Luis Borges.

Pero no hacen una convocatoria masiva entre escritores y familiares porque no tienen espacio, la sede del Museo es la Fundación René Avilés Fabila que tiene otros propósitos.

Ahora apenas pueden albergar el acervo que tienen y del que destacan primeras ediciones de Gabriel García Márquez, Édgar Alan Poe, Elena Garro, Elena Poniatowska, José Revueltas, Vicente Leñero, Pita Amor, Alí Chumacero, José Vasconcelos y Jorge Luis Borges, entre otros.

Su propuesta sólo ha llegado al Gobierno Federal porque consideran que es la instancia encargada de darles el espacio para el museo, sin embargo no descartan establecer pláticas con el Gobierno de la Ciudad de México. "Hemos tenido pláticas con Alejandra Moreno Toscano, quien nos dijo que sí le interesaba, que ellas nos podría dar un lugar, pero no nos ha llamado como quedó en hacerlo", apunta María del Rosario Casco.

En tanto, "las joyas" del museo, con más de 200 piezas de 40 escritores, podrían exhibirse en Puebla. "Esa podría ser la dinámica, que sea itinerante mientras conseguimos un lugar, no es fácil, se debe pagar seguro al estar moviéndola, pero ya tenemos mucho y por el espacio no lo podemos exhibir en la Fundación", señala.

¿Qué habría en el museo?

El proyecto cuenta con ediciones conmemorativas, muchas de las primeras ediciones están firmadas.

Hay cartas, manuscritos, poemas originales de Carlos Pellicer, cartas de Elena Garro, firmas de José Santos Chocano, originales de Sergio Magaña, de José Agustín, de quien por cierto tienen el original de su novela La Tumba, corregida por Juan José Arreola.

Otra de las joyas es el manuscrito de Los demonios y los días, de Rubén Bonifaz Nuño. Tienen un retrato de Gabriel García Márquez con su firma, que le hizo Eduardo Sagástegui.