Pocos como él. Suárez Gomís afirmó que además de él, sólo Polo Polo y Adal Ramones realizan stand up comedy, un diálogo entre quien lo hace y quien lo escucha, pero al que no define como monólogo.
MÉXICO, DF. "Ojalá -dice Héctor Suárez Gomís mientras fija la mirada en la grabadora y su cuerpo se tensa- pongas esto que voy a decir, palabra por palabra, sin cambiar nada".
El actor lleva año y medio con el espectáculo unipersonal (one man show, lo define él) "El Pelón en sus Tiempos de Cólera" que entre semana llena el Teatro Wilberto Cantón (unas 200 butacas) y el fin de semana abarrota el Café 22 (50 lugares, aproximadamente).
Durante todo este tiempo, ha tratado de describirlo, de explicar este stand up comedy, un género casi desconocido y poco abordado por los comediantes en México.
Por eso expresa su deseo de que se transcriba su dicho "palabra por palabra" ya que de hecho, el espectáculo vive sus últimos meses de temporada. En marzo de 2010, Suárez Gomís estrenará "Gorda, por el Placer de Volverla a Ver", obra producida por Ocesa y que será dirigida por el argentino Daniel Veronese.
El texto original de Neil Labute (el mismo que escribió el guión de Por Amor al Arte) ha sido montado en Nueva York, Londres, Buenos Aires y Barcelona.
Por primera vez en siete años, Suárez Gomís aceptó regresar al teatro. "Había tenido muchas ofertas pero las rechazaba todas. ¿La razón? La misma por la que hago 'El Pelón': yo espero que cada uno de mis proyectos supere al anterior, quizá no en popularidad o taquilla, pero sí en calidad".
Este paradigma sobre el que ha basado su carrera tiene, no puede negarlo, un cierto grado de neurosis.
"No sé qué tan lejos estoy de ser un gran actor, pero un gran neurótico, ¡sí que estoy cerca!".
Tu espectáculo le da la razón a Chaplin quien aseguraba que la crueldad es la base del humor...
Cuando tú ves a alguien caminando por la calle y adelante hay una cáscara de plátano, lo más seguro es que se resbale. Y ¿tú qué haces cuando sucede? Te ríes. ¡Pero no es gracioso! El tipo se puede desnucar, puede morir. Pero es cierto, el humor es profundamente cruel.
El mismo Chaplin aseguró en una entrevista que no le tenía miedo al cliché en el humor.
Hay que distinguir entre el cliché y el cliché de la vida. Las cosas que te suceden a diario, todas tienen un sentido divertido si las miras de lejos. Yo siempre lo he hecho, he visto pasar mi vida desde una butaca, desde arriba, desde cualquier lugar lejano. Cuando la ves de cerca, puede convertirse en una tragedia.
Hay otra frase, que no es de Chaplin sino de tu padre Héctor Suárez, que asegura que para ser un gran actor hay que ser un neuroticazo...
No sé si un neroticazo, un neurotiquito o un neurótico, pero sí hay que tener algo de eso para el manejo de las emociones en un nivel importante.
¿Qué tan lejos estás de serlo?
De ser un gran actor, no lo sé, creo que muy lejos; pero de ser un neurótico, muy cerca.
En la Wikipedia hay una lista de comediantes de todo el mundo que hacen stand up; en el renglón de México se menciona a Polo Polo, Adal Ramones, Jorge Ortiz de Pinedo, Carlos Eduardo Rico, Luis de Alba, "El Costeño" y Adrián Uribe ¿Por qué no aparecerá el nombre Héctor Suárez Gomís?
De esa lista, salvo Polo Polo y Adal Ramones, el resto no hace stand up comedy. Es una lista equivocada, en México ni siquiera existe el concepto, lo que hago no lo hace nadie. Y no me duele faltar en esa lista.
¿En qué momento te diste cuenta de que tu vida podría ser un espectáculo unipersonal?
Desde que tengo catorce años, ésta es la pasión más grande de mi vida. He viajado para ver todo el stand up que he podido, vi a Jim Carrey hacer 15 minutos en un foro de Los Ángeles cuando Jim Carrey era nadie; vi a Ray Romano hacer cinco minutos en Nueva York.
"Yo tenía en la cabeza que antes de cumplir cuarenta años yo tenía que hacer esto".
¿Cuál es el secreto de la stand up?
Ojalá pongas esto tal y como te lo voy a decir: el stand up comedy no es un monólogo; es todo menos un monólogo es un diálogo entre la persona que lo hace y el público que lo escucha.
"Se comunican a través de la risa, de acomodarse en la butaca y el público se termina riendo porque se identifican en lo que escuchan.
"Los que hacemos stand up contamos chistes o decimos cosas chistosas porque tenemos algo que contar; los que cuentan chistes para poder decir algo son cuenta chistes. Parece lo mismo pero no lo es".
EL UNIVERSAL
