Clasificación:
Los Estados Unidos mantienen 22 bases militares en Alemania, con alrededor de 45 mil soldados en servicio. Hoy sirven a múltiples propósitos, pero su presencia no deja de recordar su intención original con su mensaje implícito: los alemanes siguen bajo vigilancia estrecha. Ahora, en base a lo que leemos sobre la actualidad germana, sus patrones de migración (20% de la población es inmigrante o descendiente de inmigrantes), y a siete décadas de distancia
Números. Hechos. Los párrafos anteriores contienen datos extraídos de fuentes confiables. Puede encontrar más información verídica sobre el nazismo y el holocausto en cintas como La Lista de Schlinder, La Caída, Los Falsificadores, El Pianista, Conspiracy, Valkiria y muchas más. Pero no busque datos en El Niño con El Pijama A Rayas, una fantasía macabra que se desarrolla junto a un campo de concentración sin nombre, en el que las condiciones de seguridad y aprisionamiento se relajan a niveles que ultrajan la memoria del sentido del orden Nazi, con tal de permitir una imposible amistad entre el hijo de un oficial alemán de alto rango y un pequeño interno judío.
De ninguna manera soy enemigo de las libertades artísticas y las licencias poéticas, pero, desde el título del libro y película, no pude evitar sentir un rechazo visceral ante la manipulación melodramática apalancada en uno de los momentos más tristes de la raza humana. Pero en fin, si se vence esta resistencia, y gracias a la autocontención de la dirección, pueden reconocerse los méritos didácticos de la cinta, su denuncia de los prejuicios absurdos y su llamado a la solidaridad, aunque la estrategia sea cuestionable.
Bruno es un pequeñín que se muda, con su familia, junto al campo de concentración que su padre dirigirá. A sus ocho años se ha salvado milagrosamente del adoctrinamiento ideológico que todos los padres han completado a esa edad. El aburrimiento y su inocencia, que es el nombre bonito de la ignorancia, lo llevarán a explorar los alrededores y conocer, junto a la alambrada electrificada, a Shmuel, un prisionerito al que tampoco le alcanza la malicia para entender la situación.
Situaciones y personajes se irán encadenando hasta una resolución tan impactante como inevitable. Hay que reconocer la valentía de los realizadores que, pese a que presentan una versión ligera del holocausto, no cedieron a la tentación de endulzar el final. A la fábula vengativa del escritor John Boyne no le bastan las fuerzas Aliadas ni los jueces de Nuremberg y recurre a la Policía del karma: fuerza del orden cósmico que, si no descubre a la empatía nacer espontáneamente entre la gente, se encarga de forzarla...
Mínimo:
Máximo: