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El pundonor

GILBERTO SERNA

Hay quienes piensan, gente seria del medio, que uno de los senadores de la República exageró la nota al pedir voluntariamente licencia para separarse de sus funciones permitiendo a las autoridades que investiguen sobre si le resulta o no responsabilidad en la comisión de un delito, con motivo de que se habló de hierba, cuyo tráfico está prohibidísimo. A pesar de que él no estaba sujeto a investigación, ni había cargo alguno en su contra, el zacatecano Ricardo Monreal prefirió adelantarse a la maledicencia pública pidiendo que las autoridades no se detengan por el fuero constitucional de que se dice goza en su calidad de alto funcionario del Poder Legislativo Federal. El asunto surge a partir de que el pasado 22 de enero el Ejército aseguró 14.5 toneladas de marihuana en la planta "San Felipe" ubicada en la comunidad Río Florido. La propiedad había sido embargada por el Gobierno Estatal, que encabezaba el ahora senador.

En el terreno, de más de 6 mil metros cuadrados se halla una planta deshidratadora de chiles, que estaba siendo utilizada para secar y empaquetar droga. Debido a una denuncia se presentaron en el lugar soldados del Ejército que decomisaron la maléfica hierba, deteniendo a dos personas, que resultaron ser parte de los 51 reos liberados la madrugada del sábado por un comando armado, dedicados en el momento de su nueva detención al empaque y cuidado de la ilegal mercancía. La integridad moral del senador, hasta ahora, no está en duda. Lo que sí es que se ha puesto, en el tapete de la discusión, si durante el tiempo que aguante el permiso, con motivo de su retiro temporal, perdura o, por el contrario, pierde la inmunidad de que dice gozar como senador. Se recurre al paragdimático caso de Carlos Madrazo Becerra que en 1946 fue fallado por la Suprema Corte, indicándose, unos que el criterio sustentado perdió su validez, otros que no obstante que el precepto constitucional que se alegó por las partes para que la Corte fallara fue derogado, aun siguen perviviendo las consideraciones que la sustentaron.

Lo que repugna a los eruditos de la política es el lenguaje utilizado por la senadora Claudia Corichi, hija de la actual gobernadora de Zacatecas, Amalia García, que en un asunto donde se ventilan acusaciones de si la familia de un legislador federal y/o sus familiares tiene o no relaciones con el narcotráfico, asegura que el senador Monreal antepone sus propios intereses a los intereses de Zacatecas. Es común que los políticos para denostar a sus contrarios acudan al fácil expediente de la grandilocuencia en las intenciones de sus oponentes. ¿Qué tiene que ver el pleito de dos particulares, por muy picudos que sean en el ámbito de la política, con una entidad federativa? Los políticos son muy dados a aplastarse entre sí aduciendo que el alto interés de un municipio, de un estado o de la nación resultan afectados, por tal o cual actitud partidaria; nunca aclaran a qué intereses se refieren, si al lucro producido por el capital o con un sentido peyorativo a intereses ilegítimos de un negociante de la política. ¿Por qué involucrar a la entidad con el desahogo de una riña entre codiciosos politicastros? Es práctica constante que se mencione a la patria como receptora de los desaguisados de políticos trasnochados. En este sentido ¿qué tiene que ver la orgullosa ciudad colonial de Zacatecas, su pueblo y su territorio, con las querellas de los hombres o mujeres en el poder público?

Quizá el lado más trascendente de este asunto sería la adjudicación del predio que secuestró judicialmente, dice la nota, el Gobierno zacatecano, sin que nos dé más datos del porqué o cómo o a qué horas. Lo que sí se dice es que el Gobierno se quedó con la finca y posteriormente la transmitió en propiedad al alcalde de Fresnillo, David Monreal Ávila, hermano del gobernador, conjuntamente con otro consanguíneo, incluida la hija del gobernante. Es posible que no haya nada ilegal en esa entrega, sin embargo, dado el parentesco de los que adquirieron, que los liga al gobernante, es de pensarse que el mandatario se esforzó al máximo para que no quedara duda de que la compra-venta, si es que la hubo, cumplió con los requisitos legales que se requieren para estos casos. ¿Hubo licitación en pública almoneda a la que fueron convocados postores?, siendo así ¿fueron las de los parientes las proposiciones más ventajosas? ¿Hubo entre los postores quienes pujaron, pero fueron avasallados por la oferta de los familiares del gobernador? Lo otro, de si la licencia suspende o no el fuero, resulta una discusión bizantina, pues con o sin licencia, con o sin inmunidad, desde los tiempos del emperador azteca Ahuitzotl, uno de los dos Indios Verdes, suele no molestarse a un político de la talla de Ricardo Monreal. En fin, la separación temporal no debe ser considerada sino como un auténtico show o en dado caso deberá atenderse a que el senador creyó verse afectado en su amor propio. Bueno, es la manera de defender un desmesurado pundonor, esto es, sin que la averiguación ministerial hubiera puesto en peligro su honra, su honor o su crédito personal frente a la comunidad.

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