Está ahora en su momento más álgido el lance que ha llevado a cabo la Administración municipal de Torreón, presidida por José Ángel Pérez con el proyecto de la restauración del Centro de la ciudad.
El punto central del tema es por supuesto la remoción del comercio informal que por décadas ha ocupado las banquetas de las principales rúas comerciales de tan importante sector. La idea principal para lograr sacar a los también conocidos ambulantes, fue la instalación de módulos modernos pagados con dinero del propio Municipio para los comerciantes que otrora han ocupado estanquillos destartalados y contribuido en gran parte a que el Centro luzca como de rancho grande, y no como el de una ciudad joven y moderna como lo es Torreón.
Existen ya las críticas agrias por los elementos propios del plan para la restauración: ¿a quién se le ocurre quitar a los comerciantes de unos puestos para pasarlos a otros, sólo que éstos modernizados?, ¿cómo es posible que aquella competencia "desleal" del comercio establecido reciba además dinero del erario?, ¿cómo se puede ser tan ingenuo de pensar que no habrá nuevos oportunistas, listos a ocupar los espacios que hoy se desalojan por los nuevos módulos? Por supuesto que estas preguntas son válidas y están en el ambiente respecto del asunto en sí.
El que esta Administración se haya distinguido también por ser un desastre en la ejecución de muchas de las obras que más ha prometido que cumplido, y que la pulcritud en los procesos administrativos relacionados con las mismas no sea el ejemplo a seguir, naturalmente que genera desconfianza.
Todos estos elementos hacen que se genere gran escepticismo en los ciudadanos, y máxime cuando ya existen los antecedentes de que nunca se cumple con los plazos establecidos, nuevamente vuelve a ocurrir, ya que se había previsto que a partir del primero de abril todos los ambulantes debían pasar a ocupar sus nuevos sitios, pero para variar, resulta que no se cuenta con los módulos suficientes y no ha quedado otra que conceder una prórroga a aquellos que no alcanzaron lugar y por lo pronto pueden seguir en sus puestos, dejando todo en suspenso, porque el objetivo principal era precisamente el retiro de las ocupaciones de las banquetas del ambulantaje.
Sin embargo, el rescate del Centro puede convertirse en la obra a recordar de José Ángel, ahora que su mandato está viviendo sus últimos meses. A favor del alcalde y su trabajo, habrá que recordar que bajo su presidencia el transporte colectivo de Torreón tiene otra cara. Pérez ha sido el único que ha podido hacer cambiar al "pulpo" camionero y hoy por las calles circulan unidades más dignas para los usuarios de las mismas, y las chimeneas andantes que por años transitaron, se ven cada día menos.
Por ello hay que hacer votos para que efectivamente se lleve a buen puerto todo lo que ahora se está haciendo en el Centro y esperar a que realmente las banquetas se liberen del verdadero estorbo que ha sido el comercio informal.
Hay que señalar también que se ha rehabilitado el pavimento y se está haciendo obra ornamental.
Si José Ángel logra no flaquear y no estropear este proyecto, sin duda, además de lo polémico que ha sido el cuatrienio, también se le pueda recordar por ser quien le devolvió la dignidad al corazón de la ciudad.
