Las personas de mediana edad que hacen mucho ejercicio podrían estarse poniendo en riesgo de desarrollar artrosis, la forma más común de artritis, descubrió una investigación.
Las personas de mediana edad que hacen mucho ejercicio podrían estarse poniendo en riesgo de desarrollar artrosis, la forma más común de artritis, descubrió una investigación.
En particular, afirma el estudio, los hombres y mujeres de más de 45 años que suelen practicar actividades de alto impacto como correr y saltar podrían estar causando -sin saberlo- daño a sus rodillas, cartílagos y ligamentos.
Una alternativa más segura, expresan los expertos, es llevar a cabo actividades de bajo impacto como nadar o andar en bicicleta.
"Como todo en la vida el ejercicio es bueno siempre y cuando se haga en los límites justos" dijo a BBC Ciencia el doctor Jesús Tornero, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología.
"Porque una sobrecarga excesiva física o mecánica sobre las articulaciones -y sobre todo las articulaciones de la rodilla- puede acabar lesionándolas y produciendo daño al cartílago", afirma el experto.
Desgaste articular
La artrosis (también conocida como osteoartritis) es una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones, provocando dolor, inflamación y rigidez.
El trastorno es producido por el desgaste del cartílago, un tejido que tiene la función de amortiguar los golpes y movimientos del cuerpo protegiendo los extremos de los huesos.
En el nuevo estudio -que será presentado durante la Conferencia Anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte que se lleva a cabo en Chicago- participaron 236 personas de entre 45 y 55 años.
Todos los participantes tenían peso normal y ninguno se había quejado previamente de dolores en la rodilla.
Después de llenar un cuestionario sobre sus hábitos de ejercicio los participantes fueron divididos en tres grupos: de actividad baja, media y alta.
El típico individuo que llevaba a cabo actividades de alto nivel caminaba, hacía deportes o ejercicio durante varias horas a la semana, además de otras tareas como jardinería y labores del hogar.
Los participantes fueron sometidos a escáneres de imágenes de resonancia magnética en la rodilla para observar si tenían algún esguince, lesión u otras anormalidades en el cartílago y ligamentos.
Los científicos encontraron que 74,6% de los participantes tenían lesiones en el cartílago y la incidencia del trastorno, así como el grado de la lesión, aumentaban de acuerdo al nivel de actividad física que llevaba a cabo la persona.
El vínculo era independiente de la edad o género del participante. Y también se encontró una asociación en la incidencia de las lesiones y el tipo de ejercicio que se realizaba.
"Nuestros datos sugieren que la gente con niveles más altos de actividad física podrían estar en mayor riesgo de desarrollar anormalidades en la rodilla, y por lo tanto desarrollar artrosis" expresa el doctor Christoph Stehling, quien dirigió el estudio.
"Tanto éste como otros estudios que llevamos a cabo en el pasado revelan que las actividades físicas de alto impacto y alta carga, como correr y saltar, parecen ser peores para la salud del cartílago".
"Por otra parte, las actividades de bajo impacto, como nadar y andar en bicicleta, podrían proteger a un cartílago lesionado y evitar que un cartílago sano desarrolle la enfermedad", dice el investigador.