PARECE QUE LAS COSAS seguirán igual. El pueblo, como dijo el Marqués de la Croax, ha nacido para callar y obedecer, no para meterse en las cosas del Gobierno. Esto viene a colación con motivo de la resolución que emitió la Procuraduría General de la República al mando del licenciado Eduardo Medina-Mora con motivo de la consulta que le hizo un ciudadano (seguramente periodista), con relación a si existen o no, denuncias o averiguaciones penales de las que ha conocido o integrado la Procuraduría respecto de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública del Gobierno Federal.
SIN NINGÚN PRURITO de vergüenza nuestro empleado (que no es otra cosa de nosotros el procurador) dio contestación a la consulta de transparencia en el siguiente sentido: “Que no daría a conocer las estadísticas sobre el índice de indagatorias o denuncias en contra de Gerardo García Luna aunque dichos datos no formen parte del contenido de los expedientes”.
NUESTRO PROCURADOR trató de fundamentar y reviró su negativa, tomando palabras que el año pasado pronunció el presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información, Alonso Lujambio, cuando afirmó que las personas y los funcionarios tienen derecho “al buen nombre”.
MEDINA-MORA fundamentó además su negativa, en el Artículo 16 del Código Federal de Procedimientos Penales que determina “que sólo se dará acceso a las indagatorias a los inculpados, a sus defensores y las víctimas de los delitos”.
FINALMENTE el ciudadano que solicitó la información con base en la Ley Federal de Transparencia, no obtuvo la información solicitada y estamos seguros que tampoco la logrará obtenerla en el futuro.
PERO CON INFORMACIÓN o sin información, la negativa del procurador Medina-Mora nos lleva de la mano a una conclusión tipo silogismo o de puro sentido común, lo que conlleva a los ciudadanos de este país a confrontar una terrible realidad.
SI EL PROCURADOR se niega informar sobre este asunto, ello no puede significar otra cosa “que sí hay denuncias o indagatorias en donde se menciona al secretario de Seguridad Federal, García Luna”.
Pues de no haberlas el procurador pudo haber contestado al solicitante que no había ninguna. Con ello se hubiera dejado fuera de cualquier duda el “buen nombre” del funcionario.
PERO NO HA SIDO ASÍ. El procurador se defendió contestando bajo el argumento de que las denuncias e indagatorias no son materia de la Ley Federal de Acceso a la Información y también en los términos del Artículo 16 del Código Federal de Procedimientos Penales.
EN SU PLIEGO DE CONTESTACIÓN, el procurador reconoce implícitamente que sí hay una estadística de denuncias o indagatorias en la Procuraduría General de la Republica en las que se maneja el nombre del señor García Luna y de ser esto así ¿Qué seguridad o tranquilidad podemos tener los mexicanos en el tema de la administración de justicia y en la lucha contra de la corrupción y la impunidad en este Gobierno del presidente Calderón?
YA EN ESTA COLUMNA comentamos el libro publicado por la periodista Alicia Hernández “Los Cómplices del Presidente Calderón”, en donde expone en su primera parte, los infinitos y jugosos negocios que a la sombra del poder público pudo realizar el finado secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. En su segunda parte, Alicia Hernández denuncia una serie de sospechas relacionadas con diversos asuntos ligados muy especialmente a los secuestros, que investigó y que se conectaban de una u otra manera con Genaro García Luna.
SI EL PRESIDENTE CALDERÓN ha entablado una férrea guerra en contra de la impunidad, los secuestros y el crimen organizado, cosa que todo México reconoce, no es posible que uno de los brazos armados de esta guerra tenga sombras de duda sobre su honestidad personal como funcionario público.
ES MUY POSIBLE que Genaro García Luna sea un funcionario honesto y comprometido con las tareas que desarrolla, pero como dijo un pensador romano cuyo nombre por ahora no recuerdo: La mujer del César no solamente debe ser honesta, también debe parecerlo.
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