Mauricio A. Herrera
El Siglo de Durango
Vicente Guerrero, Dgo.
El síndico municipal, Julio César Orozco Nájera, no toma las medidas suficientes y necesarias para regular o acabar con el comercio ambulante que cada vez tiende a crecer mas, según Orlando Calzada Rivera, presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Vicente Guerrero.
“Le estamos dado el beneficio de la duda en cuanto a la aplicación del reglamento existente que regule la actividad comercial informal y ambulante, este reglamento existe desde hace año y medio, fue implementado por el entonces regidor, Juan Gerardo Serrano Montoya y aprobado por el pleno del Cabildo, quien le otorga a Orozco Nájera la facultad de su aplicación y sanción, pero éste hace caso omiso de sus obligaciones y deja de lado sus tareas, lo que se vé reflejado en el constante caos en el que se convierte el primer cuadro de la ciudad, pues el comercio informal invade banquetas y pasillos peatonales”, dijo Calzada Rivera.
“Al paso que vamos, esto se va a desbordar, ahorita lo único que ha hecho el Síndico Municipal es desalojar a los comerciantes que se estaban apropiando de la Plaza Cívica, de ahí en más, hace oídos sordos a nuestros reclamos, apunto el presidente de la Canaco.
PARQUÍMETROS
Con autorización del Síndico Municipal, los comerciantes ambulantes pueden apostarse en pleno centro de la ciudad y posesionarse de un cajón de estacionamiento que cuente con parquímetro, pues el sólo hecho de estar pagando este derecho, faculta al comercio ambulante a vender a sus anchas, lo que genera una competencia desleal para el comercio establecido que diariamente vive con las obligaciones que generan su actividad como renta, impuestos, empleados, etcétera, lo cual no es justo, terminó diciendo el representante de los comerciantes establecidos.
De no proceder con dureza, de acuerdo a reglementos y leyes, entonces se geenrará un serio problema en el primer cuadro de la ciudad, donde los ambulantes se adueñan de las calles sin importarles nada.
Cabe señalar que desde hace varios años el problema de la invasión de las calles aumenta sin que las autoridades hagan algo para impedirlo, aún y cuando se les hace ver el daño que causan al comercio establecido en Guerrero.