Hoy no hablaré de letras, hablaré de un tema de cultura... financiera.
Estamos en plenas fiestas de diciembre, y pocas veces nos ponemos a pensar que aquí se sientan las bases para la cuesta de deudas con la que arrancamos cada año.
Enero puede ser un mes como cualquier otro, si así lo decides, la clave está en administrar tu aguinaldo con inteligencia. Diciembre es un mes en el que el consumo promedio de las familias se incrementa: comidas con los amigos, regalos, cenas familiares... no está mal darte ese tipo de gustos, el error es destinar todo o la mayor parte de tu aguinaldo a éstos, dejando fuera otros rubros que te permitirán mejorar tus finanzas personales y familiares, como el pago de deudas y el ahorro.
Escribe en un papel todas tus necesidades de gasto para estas fechas, así como tus deseos (son cosas muy distintas) y prioriza ambos, del más importante al menos importante; establece después con cuánto dinero cuentas para consumo y hasta dónde te alcanza, cubriendo primero las necesidades y luego los deseos. Ya habrá más oportunidades para satisfacer aquellos deseos pendientes.
En función del presupuesto que armes puedes encontrar otros destinos para el aguinaldo, por ejemplo cubrir el enganche de un crédito hipotecario o automotriz, adquirir un seguro de vida, educativo o de gastos médicos, o puedes hacer aportaciones voluntarias en tu Afore, una forma de ahorro muy provechosa. Es probable que en un principio estas alternativas no se escuchen tan atractivas como una racha de compras y despilfarros, pero pueden redundar en mayor tranquilidad y en mejor calidad de vida para ti y tu familia. Todo depende de tu plan de vida financiero y de tus prioridades.
1. Haz un presupuesto cuanto antes: recibir el aguinaldo puede generarte una sensación de disponibilidad económica, y ante el bombardeo de promociones comerciales, corres el riesgo de gastarlo.
2. Tu tarjeta de crédito te permite financiarte hasta por 50 días sin pagar intereses: aunque esto implica pagar las deudas totales en la fecha de vencimiento, no quiere decir que sea un recurso para quienes tienen más dinero, sino para quienes son más responsables en el manejo del crédito.
3. Calcula tu capacidad de endeudamiento. Te recomendamos cuidar que la cantidad que tengas que pagar mensualmente para cubrir tus deudas, no sea mayor al 30% de tu ingreso mensual neto, es decir, del dinero que efectivamente recibes y tienes disponible.
4. Resiste la tentación de los meses sin intereses: usa este esquema para comprar bienes duraderos, cuyos beneficios se prolongarán más allá de tu deuda. En términos generales, no tiene sentido pagar durante 18 meses un artículo que te durará tres.
5. Liquida deudas, no las contraigas: es conveniente pagar deudas a las que les falte poco por liquidarse totalmente o aquéllas que sean muy costosas.
Pagar el mínimo de tu tarjeta de crédito es una práctica que puede llevarte a alargar tu deuda por mucho tiempo y, por supuesto, a pagar una cantidad considerable de intereses.
Considera que puedes cambiar de acreedor: si tienes una deuda que implique intereses muy elevados, es aconsejable que pagues esa deuda y en su caso cambies de acreedor por otro que te permita tener ese adeudo en mejores condiciones (menos costosas o que le resulten más llevaderas).
Reserva una parte de tu aguinaldo para el arranque de año, pues en esta época suelen presentarse imprevistos. En algunas empresas, el aguinaldo se otorga en dos partes, una en diciembre y la otra en enero.