EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

El tigre ya se va

No hagas cosas buenas

ENRIQUE IRAZOQUI

En lo más profundo de la crisis, justo ahora que los reportes hablan de la caída más importante de la economía desde que se lleva el registro, siguen surgiendo detalles del desempeño de la Administración Municipal de Torreón que ya ahora ni siquiera causan sorpresa: es una costumbre que casi siempre haya algo que se ha hecho mal, o incompleto, o a destiempo y por supuesto, con sobregasto.

Esto viene a cuento por el cuestionamiento que acaba de realizar el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por medio de su representante en Coahuila, Héctor Treviño Villarreal, acerca de las obras que se están realizando en el Centro de la ciudad, quien ha dicho que las autoridades de Torreón olvidaron consultar al INAH sobre la viabilidad de las obras hechas en concordancia con que no se vea alterada la imagen adecuada de lo que se llama en Torreón Centro Histórico.

Abundó además, que se ha enterado por otros medios que se pretende realizar obra restaurativa y modificación de fachadas, sin recibir la comunicación por el canal adecuado.

Lo más grave es que según el INAH las obras se han hecho en una zona en la cual se "tienen edificios tan hermosos, un Centro urbano que se podía haber manejado de mejor manera, nada tiene que ver un concepto del Centro Histórico, arquitectónicamente hablando, con lo se hizo ahí, cerrando calles, poniendo a los ambulantes en esas cosas", dijo en referencia a los módulos de la Cepeda y la Valdés Carrillo.

Por supuesto que aunque definitivamente es una voz calificada para expresarse sobre el tema, pero con la propia aceptación de que carece de facultades legales para detener los trabajos, Treviño Villarreal pareciese que poco conoce la valoración que los torreonenses hacemos del primer cuadro de la ciudad. Sin negar que ciertamente pudiera contarse con edificaciones que deben preservarse, lo valioso que tiene esa zona, o que tuvo, fue el vigor comercial de la misma, las avenidas y calles que la conforman y que lo hacen transitable, no su acervo cultural, que es escaso.

Sin embargo, el cinismo viene del director de Desarrollo Urbano, Alberto Hermosillo, quien asegura que fue con el anterior titular de INAH, con quien se tuvo contacto para todo lo relacionado con la remodelación del Centro, aunque no refiere autorización verbal o escrita. Vaya, además de habérsele olvidado, sin tapujos Hermosillo da cuenta de manera tácita que esa instancia sencillamente la olvidaron en la Administración de la que él forma parte.

Hoy aparece la información por parte del titular de Obras Públicas, Aniceto Izaguirre, reconoce que ciertamente no existió notificación formal, que lo que se ha hecho es entregar todo lo que se les ha solicitado, en específico el estado que guarda el canal de La Perla.

El punto al fin no es si hubo o no trámite. Me parece que aunque pueda hacerse un cuestionamiento de los cómo se llevó a cabo el rescate del Centro, por supuesto que ha sido un paso hacia adelante la remozada que se le ha dado. El ambulantaje de la Juárez e Hidalgo daban pena, y hoy se ve más orden y estética en general. Lo lamentable es como se señala líneas arriba, es que el Municipio y sus autoridades están ya desfondadas, y como en específico, haciendo a un lado la seguridad pública que es tema aparte, Obras Públicas y Desarrollo Urbano se han caracterizado por ser de los departamentos de peor desempeño, y ahora ellos mismos los señalamientos de la ciudadanía los ven como otra raya al tigre, por fortuna, un tigre que ya se va.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 450524

elsiglo.mx