La moda. Diferentes modelos de chamarra de la línea Black creada por el diseñador colombiano Miguel Caballero. Las prendas son de diferentes colores y estilos en su presentación en piel, tela y gamuza.
El empresario colombiano Miguel Caballero introdujo a México una moda muy adecuada para los tiempos que corren: la ropa blindada que ofrece a su portador discreción y comodidad.
Como en cualquier otra tienda de ropa, a la de Miguel Caballero llegan los clientes a tomarse medidas y escoger colores y estilos.
Pero esta no es una línea de ropa normal. Su estilo discreto y cómodo esconde el hecho de que la ropa es blindada.
La tienda del empresario colombiano Miguel Caballero ha visto su clientela dispararse en los últimos meses entre la clase política y empresarial del país, cuyos miembros pueden llevar ropa que los proteja sin evidenciar que están "blindados".
Las camisas de botón o tipo Polo, chamarras, gabardinas y hasta guayaberas tienen estilos variados y sus colores son típicos. Desde el clásico negro, naranja, azul marino, café, crema, verde, blanco. Los diseños no incluyen pantalones u otro tipo de vestimenta.
Son prendas que se ajustan a los gustos del cliente. Quien la usa, pasa inadvertido. La vestimenta es idéntica a la ropa casual que se ve en cualquier fiesta, evento y en la calle.
Las prendas están forradas de materiales especiales y son probadas con disparos de arma de fuego. Hay varios niveles de blindaje (ver tabla) pero la ropa no resiste calibres de armas de alto poder, como rifles R-15 o AK-47 ("cuerno de chivo"), preferidos por los cárteles del narcotráfico.
Caballero guarda las características del material de blindaje tan celosamente como guarda los nombres de sus clientes.
Algunos de sus portadores que accedieron a que se divulgue su nombre son los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia; el juez español Baltasar Garzón, el actor Steven Seagal, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe y el Rey Abdalá de Jordania.
En Colombia, un pastor evangélico en una iglesia de la ciudad de Bogotá hizo que se le blindara la sotana. El predicador era buscado por una secta satánica y lo querían matar por lo que optó por protegerse.
En México tiene una variedad de compradores: secretarios de Estado, gobernadores, alcaldes, legisladores, empresarios, grandes y medianos y artistas, pero sus identidades son guardadas por Miguel Caballero, quien inició su negocio en Colombia.
En entrevista con la Asociación de Editores de los Estados, Caballero sólo divulga el nombre del empresario y político Víctor González Torres, el "Doctor Simi".
A LA MEDIDA
Los compradores de su ropa, línea Black o Gold, que es la de presentación discreta, acuden a su tienda a tomarse 16 medidas. La prenda demanda un diseño personalizado y hasta el nombre se le pone en el interior. Su costo va de los 800 a los cinco mil dólares.
Caballero tiene planeado sacar próximamente al mercado una línea de ropa deportiva.
La empresa también tiene otras líneas con chalecos blindados típicos para venta al Ejército, corporaciones policiacas o empresas de seguridad.
Ante el auge del negocio, la empresa planea extenderse por diferentes regiones del país, para adecuar sus productos de acuerdo a gustos y estilos de la gente.
Entrevistado en su tienda de la Ciudad de México, ubicada en la zona exclusiva de Polanco, Caballero proyecta cansancio al hablar del tema. Sin embargo, no pierde el entusiasmo después de conceder entrevistas a medios de todo el mundo.
En su sala de espera se muestra el cartel de medios que los han entrevistado: CNN; Discovery Chanel, History Channel, New York Times, Le Monde de Francia, los principales periódicos latinoamericanos y mexicanos. También presume las fotos con sus clientes del mundo artístico y político.
MODA IMPORTADA
La moda blindada es importada de Bogotá, Colombia. Nació en los albores de 1993. Era el tiempo en que la lucha de los cárteles de la droga en ese país se enfrentaban a sangre fría. Lo mismo que ocurre ahora en territorio mexicano.
Miguel Caballero, su creador y diseñador, era estudiante de la Licenciatura de Administración con especialidad en Mercados, en la Universidad de Los Andes, en Bogotá.
Una compañera de clase, hija de un ex senador, era cuidada por un par de guardaespaldas. Sus vigilantes portaban chalecos metálicos aparatosos.
"¿Por qué usan esos chalecos tan incómodos tus guardaespaldas?", preguntó Caballero a su amiga, según relata. "No hay de otra", le contestó ella.
A partir de ese momento nació la idea de confeccionar prendas blindadas, explica Caballero.
El negocio, que ha encontrado clientes alrededor del mundo, empezó con 10 dólares que el diseñador le pidió a su mamá.
"Eran para comprar materiales de piel para hacer una chaqueta", recuerda.
Fue así como adaptó un chaleco metálico a una chamarra.
El producto pesó 8 kilos. Demasiado carga para los tiempos actuales en que, gracias a la tecnología y diseños aplicados, sus prendas pesan poco más de un kilo.
La primera chamarra que confeccionó fue para un empresario colombiano, la segunda fue para un banquero en Suiza. Después diversificó sus productos.
Los primeros pasos del negocio se dieron en Colombia y Brasil.
Después fue Oriente Medio, Estados Unidos y el resto de América Latina.
Caballero recuerda que en Bogotá hicieron la presentación del producto en una feria de cuero.
"En la primera demostración en vivo le disparamos a un compañero de universidad y le quedó un moretón en el cuerpo durante 20 días, pero hoy en día en las demostraciones ya no pasa eso", evoca sonriendo.
Hoy, quien porta una de sus prendas y recibe un disparo, sólo siente un tenue golpe.
EN MÉXICO
El colombiano de 41 años de edad, 16 en el negocio, llegó a México hace tres años.
Su primer acercamiento con el mercado, fue su participación en una feria de modas en 2005. Era la primera vez que se modeló la ropa blindada en el País. Ante la buena aceptación, el siguiente año decide abrir una tienda.
Miguel Caballero considera que la ropa blindada no es un lujo en el país. "Ya dejó de ser un lujo para muchos. Los niveles de delincuencia han aumentado y la gente busca protegerse.
"Se ha incrementado la venta porque el mexicano es más proactivo para protegerse", dijo.
Actualmente, Miguel Caballero tiene tiendas de ropa en Guatemala, Bogotá, Colombia, Sudáfrica y distribuidores por todo el mundo.
Es la más cara de las cuatro líneas. La más casual, liviana y de última tecnología. Busca confort, discreción y clase y se hace a la medida de la persona. Se toman 16 medidas del cuerpo y la prenda se personaliza. La línea maneja chamarras de piel, tela o gamuza, gabardinas y camisas. Las chamarras tienen un sistema que regula la temperatura interior entre los 13 y 17 grados para que sienta una temperatura agradable en el cuerpo.
Entre 3 mil y 5 mil dólares.
Son prendas casuales como guayaberas, camisas tipo Polo y chamarras de tela, gamuza o piel.
Entre 800 y dos mil dólares.
Son chalecos blindados para la milicia o corporaciones policiacas.
Chalecos para empresas de seguridad y transportadoras de valores.
Oscilan entre los 300 y 500 dólares. El costo depende las áreas de cobertura. Si es el chaleco solo o protección en el cuello, pelvis o costados.
Sólo venden a los 'buenos'
Miguel Caballero no le vende a cualquiera su ropa blindada.
"Nosotros nada más le vendemos a los buenos, a los malos no le vendemos", dice Javier DiCarlo, director de la tienda de ropa blindada en la Ciudad de México.
Adquirir una prenda es todo un proceso. La empresa no acepta pagos en efectivo, sólo tarjetas de créditos como una medida de seguridad.
El comprador da un anticipo de acuerdo a la prenda. El producto puede tardar entre tres y cinco semanas en estar listo y se fabrica en Bogotá, Colombia.
Si la persona requiere discreción, puede hacer una cita privada con los encargados. La ropa se hace por pedido.
Si una persona está interesada en adquirir un producto, tiene que ir a la tienda previa cita, o alguien de la tienda puede visitarlo para presentarle la ropa, costos e incluso hacer pruebas balísticas.
Para seleccionar a sus clientes, la tienda se basa en varias listas de criminales buscados.
Una es la llamada "Lista Clinton", una lista que se hizo el Gobierno de Estados Unidos en la Presidencia de Bill Clinton que nombra a los delincuentes más buscados en el mundo. Aparecen personas y empresas a nivel mundial que son considerados criminales, desde terroristas, narcotraficantes.
Otra es la lista de delincuentes buscados de la Secretaría de Seguridad Pública federal.
También verifican bases de datos de la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos.
"Si en esos tres lugares no aparece, es una persona que ya está habilitada para venderle ropa blindada. La Lista Clinton y de la DEA tienen una particularidad: Nunca te borran. Por más que hayas sido perdonado en un caso", dijo DiCarlo. El vendedor de la ropa blindada explica que la empresa maneja un código que oculto en las prendas y que contiene la información sobre el historial de cada prenda, desde la identidad de la persona que la encargó y la compró hasta la tela que se utilizó y la fecha de fabricación.
En caso de que esa ropa aparezca en manos de un delincuente atrapado por las autoridades, explica DiCarlo, "nos avisa Seguridad Pública y verificamos en el sistema a quién se la vendimos y van por él".