Los padres enfrentan un problema frecuente y generalizado: el apetito del infante, que diariamente cambia, es impredecible...
Los padres enfrentan un problema frecuente y generalizado: el apetito del infante, que diariamente cambia, es impredecible...
La comida es clave en el desarrollo infantil, y en familia hay que decidir el menú, que debe ser nutritivo y sabroso; también hay que hacer de las comidas algo saludable y que no haga a los niños alejarse de la buena mesa.
Esto es relevante, ya que una deficiencia continua de nutrimentos esenciales en niños de entre unos y tres años puede producirles consecuencias negativas, como menor resistencia a las infecciones.
De acuerdo con la nutrióloga Irma Josefina Muñiz Viveros, ésos son algunos de los males de una mala nutrición, que además puede causar retardos en el desarrollo sicomotriz, afectaciones en el crecimiento, problemas de aprendizaje y disminución de capacidades laborales y de colaboración.
Abc de la dieta
Del primer al tercer año de vida, nos cuenta, los niños disparan su interés de aprendizaje mediante la experimentación propia, como el uso de sus sentidos, “se establecen como individuos independientes de sus padres, surgen los temores a lugares nuevos y experiencias desconocidas, y es la etapa crucial para la formación de hábitos saludables”.
Los pequeños deben crecer 50% en relación con su estatura al nacer y duplicar su peso, es momento en que los padres enfrentan a un problema frecuente y generalizado: el apetito del infante, que diariamente cambia, es impredecible.
Es donde aparecen los problemas, y una las consecuencias más frecuentes es la anemia producida por falta de hierro.
Muñiz Viveros comenta: “Sin necesidad de que los padres sean expertos en nutrición, pueden vigilar y garantizar el aporte de energía y nutrimentos requeridos: proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales... El aporte de nutrimentos de las fórmulas lácteas de continuación, o etapa tres, brindan cantidades adecuadas de proteínas, lípidos, calcio, hierro y ácidos grasos como los omega 3 y 6, que junto con la alimentación adecuada, le ayuda a cubrir las necesidades nutricionales de los niños”.
Algo nuevo
Hay “alternativas como el consumo de fórmulas lácteas, que ayudan a los padres en la nutrición de sus hijos, ya que resultan opciones muy confiables debido a su perfil de beneficios científicamente diseñados. Por ejemplo, Novalac 3, de Bayer Schering Pharma —cubre 70% de la recomendación diaria de hierro para un infante, reduciendo sustancialmente el riesgo de anemia por deficiencia de este mineral—”, indica la pediatra Amapola Adell Gras, miembro de la Academia Mexicana de Pediatría.
La experta comenta que un error cometido por los padres en la alimentación de los niños es que cuando dejan la leche materna les dan leche de vaca, que es un excelente alimento, pero carece de las cantidades adecuadas de vitaminas E y D (útiles en la formación de glóbulos rojos y la regulación de calcio en el cuerpo). O “tienen bajos niveles sugeridos de minerales como zinc y cobre, que juegan un papel importante en el funcionamiento adecuado del sistema inmunológico del cuerpo y son útiles en la formación de calcio”, explica.
Novalac 3 está enriquecida con 13 vitaminas y 11 minerales, entre los que destaca el calcio, que cubre el total del requerimiento diario recomendado para los pequeños en esta importante etapa de la vida. Estas formulaciones de vanguardia tienen nutrimentos específicos como la colina e inositol, que ayudan a movilizar las grasas fuera del hígado y mejorar el metabolismo.
Sopa de letras
-Juegos e improvisación
Aprender a jugar es algo que debe motivar a cualquiera, es la propuesta de Bob Bedore en su libro 101 juegos de improvisación para niños y adultos, a partir del hecho de que la improvisación consiste en producir algo sobre un escenario utilizando la propia imaginación y a partir tan sólo de una sugerencia externa.
Alfaomega (Neo person) edita esta obra en la cual el autor indica que los improvisadores montan una escena de la nada, los personajes actúan, resuelven problemas, aman, odian y, básicamente, viven sus vidas en un suspiro, “son como las moscas: pasan su corta vida batiendo sus alas a la mayor velocidad posible y actuando como si fuesen a durar para siempre”.
Bedore dice que “para cualquier actor, la improvisación es la herramienta pedagógica por excelencia, actuar no es otra cosa que reaccionar, esto es, responder con naturalidad a lo que se ha dicho o se ha hecho en un escenario. Puesto que actuar es reaccionar, no hay nada que desarrolle con más rapidez tus habilidades histriónicas que la improvisación”.
Todo esto es además para chicos y grandes, por lo cual los editores dicen que “los niños son fenomenales, ya que son imaginativos y curiosos por naturaleza, y la improvisación les enseña a adaptarse, infunde confianza en el escenario y fuera de él, desarrolla la creatividad, mejora su expresión oral y su capacidad de atención, enseña a colaborar y promueve la tolerancia”.