Estando las cosas como están en este hipertenso y maltratado planeta, las elecciones de hoy en Irán deberían interesar no sólo a los arios de ese país (Irán significa, de hecho, "la tierra de los arios"); sino también al resto del mundo, en vista de las implicaciones que pueden tener los resultados de ese ejercicio.
Presentándose en busca de la reelección está el actual presidente, Mahmoud Ahmadinejad, que se ha hecho famoso por lengua-suelta, boquiflojo
Y por lo mismo, en Occidente la noticia de su derrota seguramente sería recibida dando gracias al Cielo y haciendo la ola. Bueno, no tanto, pero sí con mucho alivio.
Su principal contrincante es un antiguo primer ministro, Mir Hossein Mousavi, que se supone es más moderado, y ha convertido ese rasgo en su principal arma de la campaña. Mousavi ha insistido en que Ahmadinejad ha hecho de Irán un paria en el ámbito internacional, que ha alarmado sin motivo a sus vecinos, y mantiene una política de hostilidad contra los Estados Unidos que no ha ayudado a mejorar las relaciones con el Imperio
Las campañas reflejan las mentalidades e intereses de los contrincantes: Ahmadinejad recurre al acarreo de gente, a grandes manifestaciones en espacios muy amplios, a uniformar a sus seguidores con camisetas que ostentan su efigie: sí, hagan de cuenta el PRI en los setenta. ¿Quién sabe cuál será allá el equivalente del lonche-pecsi-y-cachucha? ¿Fatalleh-té-y-turbante?
En cambio Mousavi apela al hartazgo de los jóvenes, que son una fuerte mayoría en Irán, que pueden votar desde los 16 años, y que en su vida no han conocido otro Gobierno que el de los religiosos de línea dura, con o sin investidura clerical. Y la verdad, ya están hartos de prohibiciones y reglas que, aunque menos severas que en los primeros años de la República Islámica, siguen siendo muy pesados para chavos que quieren ser eso: chavos del siglo XXI, sin estar atados a restricciones del siglo VII.
Como la campaña de Mousavi ha encontrado obstáculos, sus seguidores recurren a mensajes de texto y en Facebook para organizar mítines relámpago en unas cuantas horas. El uso de esas tecnologías le ha dado una gran capacidad de movilización a las huestes de Mousavi… y en cierta forma indican qué
es lo que pretenden para su país. A ver qué pasa el día de hoy.
