MÉXICO, DF.- No sólo la lucha por conquistar la Cámara de Diputados mantiene en disputa a los partidos políticos. El próximo 5 de julio se eligen además seis nuevos gobernadores, 432 diputados locales (el 37 por ciento de los mil 141 que existen en el país) y 565 alcaldes (23 por ciento de 2 mil 441).
Las elecciones involucran 11 entidades que concentran 137 de los 300 distritos electorales que hay a nivel federal, entre ellos cinco de gran peso electoral (Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Nuevo León y Jalisco) por lo que el cruce entre las campañas federales y las locales es inevitable.
En los cuarteles generales de los tres principales partidos se hacen cálculos específicos para potenciar el voto nacional a partir del desempeño de sus campañas locales, en las que hasta el momento ha prevalecido un ambiente de guerra sin cuartel.
Lejos del ojo vigilante del IFE y sus centros de monitoreo y bajo la tutela de institutos locales débiles, lo común en estas contiendas es la intervención abierta de los gobernadores en favor de los candidatos de sus partidos, la injerencia de funcionarios federales con intereses locales, y la guerra sucia.
Las campañas negativas desplegadas en Internet han encontrado en las contiendas locales un campo fértil.
El PRI defiende cuatro plazas que gobierna: Campeche, Colima, Nuevo León y Sonora, y aspira a arrancarle al PAN al menos uno de sus dos bastiones del Bajío. El PAN busca mantener Querétaro y San Luis Potosí, y pretende ganar Nuevo León y Colima.
Actualmente Acción Nacional cuenta con el 40.7 por ciento de las posiciones en disputa: 181 de los 432 diputados locales y 225 de los 565 municipios en juego. El PRI tiene el 33.2 por ciento y el PRD 17 por ciento de los cargos que se eligen. Además, en la última elección federal el blanquiazul ganó 72 de los 137 distritos federales concentrados en estos 11 estados, el PRD obtuvo 45 y el PRI 18.
Estos porcentajes, sin embargo, fueron alcanzados en elecciones concurrentes con la presidencial de 2006, en la que Felipe Calderón impulsó el voto local blanquiazul y Roberto Madrazo hizo descender el voto tricolor.
El escenario hoy es distinto; la ventaja numérica del PAN se podría diluir si se toma en cuenta que el PRI se ha recuperado en todos los procesos locales después de 2006; entre 2007 y 2008 ganó más del 62 por ciento de los mil 675 ayuntamientos y diputaciones locales de mayoría que se disputaron en 19 estados.