La actividad comercial en la capital de Honduras comienza a normalizarse a partir de hoy, con la reapertura de negocios, y con la ausencia de manifestaciones a favor o en contra del derrocado presidente Manuel Zelaya.
El golpe de Estado del pasado 28 de junio es visible en la capital por los militares que custodian el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, la Casa Presidencial, y sus desplazamientos por las calles de esta capital.
El aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa también está abierto a los vuelos locales e internacionales hasta las 22:00 horas locales, cuando es cerrado, pero toda su actividad comercial, con la operación de bancos y cafeterías, sigue abierta al público.
Entre la población, existe la percepción de que la presencia del Ejército trajo tranquilidad al impedir robos y asaltos que antes del golpe eran frecuentes, pero persiste el temor a que vuelvan las protestas en las calles de las principales ciudades del país.
De los 2.3 millones de alumnos que atiende la educación pública en nivel primario y secundario, 1.3 millones retornaron este lunes a clases, ya que algunos colegios magisteriales reiniciaron labores en todo el país.
En este marco, el dirigente del Colegio de Profesores de Educación Media (COPEMH), Eulogio Chávez, dijo a Notimex que su agrupación no acudió a los institutos de segunda enseñanza, mientras discute las acciones que adoptará para que se restituya a Zelaya en el poder.
En cambio, el presidente del Primer Colegio de Maestros (PRICHMA), Alejandro Ventura, se pronunció por el retorno a clases y sus miembros están ya en las escuelas, pese a ser partidarios del presidente Zelaya.
En la Casa Presidencial también se ha normalizado la situación, con la apertura de las oficinas para acreditar a los periodistas ante el gobierno de facto de Roberto Micheletti.
Incluso, el ministro de Comunicaciones, René Zepeda, ha instalado sus oficinas en el primer piso de la Casa Presidencial para estar más accesible a la prensa.
Sin embargo, la aparente tranquilidad es aún precaria, porque hay advertencias de los partidarios de Zelaya, aglutinados en el Bloque Popular, de que no se rendirán y seguirán con las protestas en esta capital.
