Liderazgo. Monsanto es un proveedor global de tecnologías y productos para la agricultura que mejoran la productividad del campo y la calidad de la alimentación. EL SIGLO DE TORREÓN / ARCHIVO
MÉXICO, DF. -Actualmente José Manuel Madero es más reconocido por ejercer su liderazgo en la empresa estadounidense Monsanto, que por ser sobrino nieto del ex presidente de México, Francisco Ignacio Madero y primo hermano del empresario mexicano Alfonso Romo.
Sus antecesores marcaron historia al dedicarse a la vida política, pero él decidió el mundo del corporativismo; "para mí seguir la línea del corporativismo es un gran viaje".
"Ser empresario es buscar oportunidades, nuevos negocios y nuevas maneras de crear valor y no sólo riqueza, porque crear valor es lo correcto para la sociedad".
José Manuel trabajó al lado de su primo Alfonso Romo, donde ocupó el cargo de vicepresidente de Manufactura para Seminis mundial, compañía de tecnología agrícola con presencia en más de 150 países del mundo; tiempo después Monsanto compró a la empresa mexicana.
Cuando Monsanto compró Seminis, José Manuel fue invitado a trabajar por la compañía estadounidense; al año y medio le ofreció la presidencia de la firma en Australia y Nueva Zelanda.
Me gustó trabajar en la empresa, "siempre he dicho que si tú quieres estar en un sector tienes que estar en una compañía que marque la diferencia y Monsanto cumple con esa expectativa personal".
Al ser entrevistado en Argentina dice: "siempre he buscado que las empresas para las que trabajo sean líderes, que más allá de hacer negocio tengan un sentido de responsabilidad social".
De su familia, José Manuel Madero tiene algo que considera "muy valioso": el ejemplo, pues desde su tatarabuelo, su padre, sus tíos e incluso su primo Alfonso Romo, han sido ejemplos aspiracionales, en todo momento.
Recuerda su niñez, donde se gestó su gusto por la minería, y revela que cuando era pequeño su padre, don Enrique Madero Bracho, fue un hombre que siempre los acostumbró al trabajo.
"En los veranos no nos dejaba estar de flojos. Nos daba tres opciones y elegíamos la que queríamos: o te vas al rancho a trabajar, o te vas a las plantas metalúrgicas o te vas a las minas", lo que asegura que siempre le gustó, aunque su trabajo en las empresas familiares era empezar desde barrer.
"Mi papá nos mandaba de ayudantes a limpiar y nosotros éramos en las vacaciones de verano el supervisor del supervisor del supervisor, pero el trabajo que más me gustaba era el de las minas", fue por eso que José Manuel decidió ser ingeniero en Minas y estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México, para luego estudiar minas en Colorado.
A su regreso de Colorado confiesa que ya no se incorporó al grupo familiar, convencido de que tenía que hacer algo por sí mismo. "Necesitaba probarme a mí mismo que podía y no porque era el hijo o el nieto de alguien", de quienes se dice muy orgulloso, por cierto.
Hoy, José Manuel dirige para Monsanto la región Latinoamérica Sur que incluye Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile, la tercera zona más importante para la empresa de clase mundial, con ventas en la región que oscilan en los 800 millones de dólares anuales.
Desde Argentina, en donde actualmente tiene sus oficinas, asegura estar formando las bases para construir su futuro al lado de su esposa, Lupe y sus cuatro hijos.
Descendiente de la familia Madero y de un ex presidente mexicano asegura que sus antepasados verían hoy en él a un hombre que desde el mundo corporativo está creando una empresa, porque "no soy un ejecutivo común y corriente, soy un empresario que entrega el 100 o el 120 por ciento de lo que tengo que hacer".
"Si me preguntas cómo veo el futuro. Yo quisiera ver cómo le regreso a México todo lo que me ha dado. He sido muy afortunado en tener estas experiencias y conocer el mundo.
La única pregunta que no logro contestar es cuál va a ser mi camino de regreso a México.
