Acudir con copias de su credencial de elector y de domicilio, no es nada nuevo para Evangelina, quien en menos de tres meses ha sido objeto de cinco robos con violencia en el expendio ubicado en el Centro de la ciudad. Ayer por la mañana acudió a presentar la quinta denuncia por el citado delito.
“Los asaltos son en la noche, como a las 8 de la noche, en la hora del cambio de turno de la Policía. Los agentes acuden cuando ocurre, pero tardan en llegar”, comenta Evangelina en torno a las características que existen entre los robos que ha sufrido de octubre a la fecha y que suman cinco en total.
El último asalto se registró la noche del jueves, en el establecimiento de venta de bebidas embriagantes que se localiza sobre la avenida Matamoros, número 844, en el Centro de Ciudad Lerdo y a donde llegó “un automóvil Grand Marquis, de donde descendió un joven alto, delgado, bien vestido y perfumado, muy limpio”, detalló la afectada.
Precisó que el negocio era atendido por una empleada, quien le detalló que el asaltante le pidió un bote de cerveza y tras sacar unas tijeras, le pidió todo el dinero que tenía. El delincuente logró apoderarse de cuatro mil pesos en efectivo, aunque la empleada intentó defenderse con un envase de gas lacrimógeno, el ladrón logró quitarse y lanzarlo lejos del alcance de la mujer.
“Ya van cinco veces que nos roban, desde octubre a la fecha”, comentó Muñoz Morales, mientras ordenaba las copias de sus documentos oficiales y que le exigen las autoridades para presentar su denuncia ante el Ministerio Público de Delitos Patrimoniales.
La afectada detalló que la persona que realizó el atraco, era acompañada por otro sujeto que lo esperó en el interior del automóvil Gran Marquis. Estableció que el asaltante vestía un pantalón de mezclilla, una camisa de cuadros rojos y zapatos de vestir color negro.
ACUDIRÁ A DERECHOS HUMANOS
Muñoz Morales también presentará una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Durango, en contra del personal de la escuela secundaria Ricardo Flores Magón, quienes rechazaron a su hijo que padece discapacidad mental, como alumno del primer grado de secundaria, pese a que el menor concluyó sus estudios de primaria en una escuela convencional.
