Visita. Alejandro Filio se presentó anoche en el Teatro Isauro Martínez. EL SIGLO DE TORREÓN / ÉRICK SOTOMAYOR
A final de cuentas valió la pena la espera... sólo fue cuestión de que Alejandro Filio comenzara a tocar sus temas para que los asistentes olvidaran los 46 minutos que el artista tardó en iniciar.
Y tal como siempre, sin escenografía, ni bailarines, nada; sólo le bastó una silla, su micrófono y su inseparable guitarra para darle rienda suelta al amor.
Anoche se vivió un ambiento mágico, más bien íntimo, entre amigos, en el Teatro Isauro Martínez; así lo hizo sentir el artista, para quien lo más importante fue complacer a su público y llevarlo a través de un viaje que hizo varias paradas: una por el amor, otra en el despecho y una más en la esperanza.
A las 8:46 de la noche hizo su aparición. Quienes no lo conocían en persona se sorprendieron de su corta estatura, sin embargo eso fue lo de menos cuando lo comenzaron a escuchar.
Alejandro por si solo llenó el escenario. Su cálida y afinada voz, aunado a las notas que emergían de su instrumento, invitaban a no desviar la atención. Las parejas se tomaban de las manos, unas más se abrazaban. Los amigos, por su parte, disfrutaban el repertorio, el cual abarcó los temas más sobresalientes de sus más de 30 años de trayectoria.
"La tarde, la alborada, dos palabras, unas manos que se sueltan, tu mirada y un adiós; la lluvia, mi silencio, tus recuerdos, unos pasos que se alejan y este amor que terminó..."
La primera estrofa de Es Todo se oyó en el recinto. Nadie hablaba. Todos se limitaban a escuchar. Al final llegaron los aplausos y luego la bienvenida a Busco la Canción y Vienes con el Sol, este último tema que tanto ha significado en su carrera.
"Es un gusto estar nuevamente aquí en La Comarca... si quieren alguna canción pídanla". El concierto de anoche tuvo la modalidad de pedir y explicar, sí, los seguidores de Filio le hacían preguntas y le solicitaban el tema que querían y él seguía sus órdenes.
Y así narró una a una cómo fue que concibió temas como Cuentos Compartidos, donde hizo reír a todos al señalar que si de por sí las relaciones humanas son difíciles, las de pareja son "imposibles".
Despierta, Del Pecado, Caín, De los Enamorados, Hermano Lobo... la gente no se cansa de pedir ni él de cantar, sin embargo la canción que todos querían escuchar fue Brazos de Sol, y Filio los complació.
"Es que no importa que digan, que está trillado, hablar de amor, que maldigan si no han probado la noche en sus brazos de sol. Y es que no importa...?.
Las emociones se paseaban a diestra y siniestra por las butacas del Isauro, y aunque la asistencia no fue igual de buena que hace tres años (última vez que se presentó en la región), Alejandro Filio se entregó como si se hubiera encontrado al frente de una multitud, a quienes les presentó Pionero de Guerra su último disco.
El tiempo se fue volando, casi sin sentir, pero lo que se quedó grabado fue todo el sentimiento que Filio provocó en cada uno de los asistentes. Los amantes no tenían más qué decir, ya todo lo había expresado Alejandro por medio de su música.