La caja de galletas que Debra Rogoff compró en la tienda de alimentos contenía una sorpresa: 10 mil dólares en un sobre.
Pero la vecina de Irvine, California, sintió más curiosidad que júbilo: ¿quién pondría dinero en semejante lugar?
“Lo único que pensamos fue que el dinero era de alguien”, dijo. “No disfrutaríamos al gastarlo”.
En lugar de ir de compras, avisaron a la Policía, que les dijo que podría tratarse de una transacción con drogas.
Posteriormente, el gerente de la tienda Whole Foods dijo a la Policía que unos días antes, una señora mayor fue a la tienda y dijo, muy angustiada, que había devuelto sin querer una caja de galletas en la que había guardado sus ahorros.
La mujer, cuya identidad no fue revelada, había perdido confianza en los bancos y decidido que su dinero estaría a salvo en la caja.
Afortunadamente para ella, la caja de galletas había sido adquirida por los Rogoff, quienes encontraron los billetes en el sobre el 10 de octubre.
Los Rogoff nunca se comunicaron con la mujer ni recibieron una recompensa, pero Debra Rogoff sí regresó a la misma tienda un par de semanas después.
“Les pedí que me repusieran la caja de galletas”, dijo entre risas. La tienda accedió.
