Capitalismo
Con frecuencia he mencionado mi escepticismo a los Foros Internacionales como el reciente Económico Mundial en la cumbre de Davos, cuyas conclusiones sobre la crisis mundial sólo fueron los clásicos discursos de las razones de la misma y recomendaciones de todo tipo menos de soluciones o compromisos concretos incluso con menores representaciones de los países más importantes e incluso, no acudieron varios presidentes latinoamericanos conscientes de que nada se logra en estas reuniones,
Claro que siempre prevalecen los intereses internacionales y desde luego la posibilidad de negocios de los grandes consorcios y de las inversiones multimillonarias de algunos cuantos.
La economía mundial se caracteriza no sólo por el libre comercio de bienes y servicios, sino más aún por la libre circulación de capitales, los tipos de interés, los tipos de cambio, las cotizaciones de acciones de múltiples trasnacionales principalmente, pues están estrechamente interrelacionados, de tal forma que los Mercados globales ejercen una tremenda influencia sobre la situación económica de cada país; el capital financiero se desplaza donde obtiene mejores resultados o donde logra más seguridad, como lo estamos apreciando actualmente en su destino principal en Bonos del Tesoro de los Estados Unidos a la espera de nuevas oportunidades.
La globalización es en verdad un proceso deseable en muchos aspectos. La iniciativa privada es más eficiente que el Estado a la hora de crear riqueza, la globalización un grado de libertad individual que ningún Estado puede garantizar.
Sin embargo, cuando todo se deja al libre albedrío con el señuelo que los mercados deben de regularse por sí mismos y la regulación se flexibiliza descuidando su función de supervisión los peligros y abusos de la dinámica del Mercado nos embarca a situaciones excesivamente peligrosas como las que estamos viviendo ya que se permitió que empresas y personas persiguiesen sus intereses sin obstáculos no cortapisas y es por ello que presenciamos como los Gobiernos y los políticos tienen que actuar en un proceso que sin duda nada tiene que ver con un libre Mercado.
Si el sistema capitalista global sobrevive al actual periodo de prueba es probable que le seguirá otro de nueva aceleración, pero tendrá que experimentar una nueva forma de capitalismo global con algunas variables que permitan mayor control en todo tipo de instituciones, los grandes capitales se han visto seriamente afectados, pero al llegar sus efectos a la economía real ha propiciado mayores rezagos y desigualdades sociales que no se deben pasar por alto y si no existe una verdadera solidaridad con el resto de la sociedad de nada servirán foros como el de Davos y los convocados en nuestro país, así como declaraciones demagógicas al estilo de nuestro secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos de que en este año llegarán a México 15 mil millones de dólares en inversiones extranjeras no obstante los anuncios y declaraciones de los diversos líderes del mundo, a menos que él conozca algo que casi todos ignoramos.
No se trata de posiciones pesimistas que se quieren revertir con frases grandilocuentes o con seminarios y libros especializados, se trata de sentido común y claridad en las realidades que se nos están presentando; el correcto enfoque de la problemática que estamos viviendo y la dimensión de los problemas, es la única forma que permite diseñar planes estratégicos aplicables a la solución de los mismos.- Así como es criticable el pesimismo también lo es el excesivo optimismo.
Tenemos bastantes elementos para mostrar que el actual orden mundial se puede enfrentar a problemas irresolubles por ello no es casual que nos invade un sentimiento colectivo de que se requiere un mayor liderazgo legítimo en lo ético y moral que permita preservar la estabilidad en todos los órdenes del orden mundial, yo espero que los Estados Unidos recupere la supremacía que tenía, pero como antes comentaba bajo otras leyes morales y éticas.