George Iknadosian, propietario de la tienda de armas X-Caliber Guns, enfrenta un juicio por proveer de armas a miembros del cártel de Sinaloa, sabiendo que éstos se dedican a vender drogas.
Los rifles de asalto AK-47 que Iknadosian vendió a los narcotraficantes fueron encontradas luego de una balacera en mayo del año pasado que dejó ocho policías muertos.
"Este caso es el más destacado de detención de un vendedor de armas estadounidense desde que Estados Unidos prometió al gobierno mexicano, hace dos años, que frenaría el envío de armas a través de la frontera", señala el diario estadounidense “The New Times”.
El diario estadounidense señala que el gobierno mexicano ha reclamado a su contraparte estadounidense el freno en el envío de armas que son utilizadas por el crimen organizado, cuyo combate dejó el año pasado más de 6 mil personas muertas.
"Tenemos una conexión directa de Iknadosian al cártel de Sinaloa", dijo a ese rotativo Thomas G. Mangan, vocero de la oficina federal de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos en Phoenix, Arizona.
De acuerdo con el diario, los capos de la droga buscan comprar armas en Estados Unidos porque las leyes de ese país son mucho más laxas en comparación con la legislación mexicana, en cuanto a la compra de armamento.
Señalan que en la Unión Americana cualquier ciudadano puede comprar armas libremente, inclusive si son de alto calibre o hasta rifles de asalto, sin que eso constituya un delito.
En México, para comprar legalmente un arma se requiere de un permiso de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), además de que la compra está limitada a armas de bajo calibre que no son consideradas para uso exclusivo del Ejército.
Oficiales de Phoenix detallaron que debido a las restricciones en México Iknadosian y dos personas más estuvieron transportando armas a través de la frontera durante más de dos años.
Además, en la zona fronteriza hay alrededor de 6 mil 600 vendedores autorizados de armas de fuego, mientras la oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos tiene 200 agentes.
De acuerdo con el NYT los narcotraficantes mexicanos suelen emplear a ciudadanos estadounidenses sin antecedentes criminales para que compren dos o tres rifles en diferentes tiendas y luego los transporten a través de la frontera en autos o camiones con suelen tener escondites.
La ley de armas de fuego en estados Unidos no obliga a las tiendas de armas a notificar al gobierno sobre la venta de rifles y armas de alto calibre.
El fiscal general de Arizona, Terry Goddard, señaló que el tráfico de armas opera como un "desfile de hormigas", por lo que es muy difícil combatirlo, debido a que no se puede ubicar un gran distribuidor de armas, sino varios pequeños proveedores individuales.
El gobierno mexicano, cuya lucha contra el narcotráfico se endureció a partir de 2006, con el presidente Felipe Calderón, informó que en 2008 decomisó 20 mil armas a los cárteles de las drogas, la mayoría provenientes de Estados Unidos.
Iknadosian enfrentará un juicio el próximo 3 de marzo en el que se le acusa de fraude, conspiración y asociación delictuosa, pues de acuerdo con las investigaciones los narcotraficantes le pagaban las armas por adelantado y los compradores que contrataban apenas y llenaban los papales requeridos.
Además, vendió armas a agentes encubiertos que explícitamente le informaron que las revenderían en México.
Thomas M. Baker, abogado de Iknadosian, de 47 años, declaró que su cliente es inocente, aunque no hizo más comentarios.