Srita. Claudia Alessandra Hernández de la Peña, el día que unió su vida en sagrado matrimonio a la del Sr. Manolo Cuerda Salazar.- Estudio Laura Grageda.
Por Dra. Ma. Del Carmen Maqueo / El Sendero De La Vida La vida es una sola desde sus orígenes hasta su final, sin embargo distinguimos en ese continuo diversas etapas que van desde la intrauterina hasta la muerte, y conforme los años avanzan crece la sabiduría en tanto las habilidades físicas disminuyen. Los niños de la actualidad a muy corta edad son capaces de definir qué quieren ser cuando crezcan, su respuesta estará condicionada por sus propios gustos así como por influencia de los modelos que le rodean en la vida real o virtual, y por las expectativas que a tan corta edad plantean de manera implícita los adultos con quienes conviven. Tenemos pequeños que desean ser doctores, bomberos o cantantes; hasta aquéllos que aspiran a desempeñar roles cuya esencia tiene que ver con la abundancia de dinero o de poder. Si hacemos la misma pregunta a los jóvenes las respuestas irán más o menos por el mismo orden, partiendo de un absoluto altruismo, hasta la consecución de la satisfacción personal total. Ya en la vida adulta el individuo probablemente haga un paréntesis para revisar sus aspiraciones de joven y una de dos, o refuerza su trayectoria o la redefine; sus prioridades entonces tienen que ver con proporcionar a la familia los satisfactores materiales que ésta demanda. El adulto en plena etapa productiva será capaz durante dos o tres lustros de sacrificar cualquier otra cosa por costear lo mejor en alimentación, vivienda, educación y diversiones para sus hijos. Y ya llegado el ocaso de la vida muy posiblemente ese mismo adulto se cuestione si en verdad valió la pena manejar las prioridades como lo hizo, y tal vez se recrimine haber dejado de lado aspectos muy importantes en la vida de sus hijos que no tienen qué ver con los recursos materiales, y surjan las lamentaciones...
Uno de los aspectos que nosotros como humanos no hemos aprendido de la naturaleza, es el equilibrio; si observamos cualquier ecosistema veremos que de alguna manera los elementos interactúan de manera que se mantienen a ellos mismos pero sin dañar el todo. Difícilmente nosotros conseguimos copiar ese balance, habitualmente ponemos nuestro pensamiento por delante de la sensatez, y quizás a la vuelta del tiempo sea algo que deploremos. Suele suceder que durante la etapa productiva se invierte demasiado tiempo en trabajar y en allegarse recursos para proporcionar a la familia mejores satisfactores materiales, dejando de lado elementos como la convivencia, la participación directa en las actividades de los hijos, y el sano esparcimiento a su lado, ante la necesidad autoimpuesta de trabajar hasta las altas horas de la noche, fines de semana y días festivos.
Otro elemento propio de los seres vivos del cual tantas veces abusamos, es el afán de competencia, de manera que podemos estar procurando recursos para que nuestros hijos sean mejores que los del vecino o del compadre, inclusive llegando a un modo de abuso hacia ellos cuando les boicoteamos tiempo de diversión o de descanso llevándolos de una clase a la otra, y a la otra, propuestos a que sean los mejores entre sus compañeros. En lo personal atisbo una necesidad de realización de los propios padres a través de los hijos, muy por delante del propio bienestar de los menores.
Cuando volvemos la vista a aquéllos que han andado las diversas etapas de su vida y se encuentran en el ocaso, es casi seguro que nos topemos con una visión distinta de las cosas. Viene a mi mente el fragmento de Nadine Stair: "If I had my life to live over" (Si tuviera que vivir mi vida otra vez), erróneamente atribuido a Jorge Luis Borges; a sus ochenta y cinco años ella dice que tomaría las cosas menos en serio, que se divertiría más, que comería más helado y menos frijoles; que viajaría más ligera, que iría a más bailes, se subiría a más carruseles y recogería más margaritas... Seguramente esa perspectiva del tiempo nos lleva a ver que no había necesidad de sacrificar tanto tiempo en ganar ese dinero que efectivamente cubrió todas las necesidades materiales de la familia, pero a un costo emocional elevado. El hijo gozó ese juguete nuevo, pero sin dudarlo hubiera gozado el doble o el triple la presencia de su padre para jugar con el balón remendado. El joven disfrutó aquella universidad cara de paga, o ese viaje con los amigos, pero cuánta falta le hizo -quizás sin percatarse de ello- la charla franca con los padres; aquella cercanía reparadora que tanto bien hace; la confianza de saber que ellos están allí para escucharlo, para atenderlo, para orientarlo.
Quizá la mayor paradoja sea que para cuando el individuo tiene el tiempo y la lucidez para entender cuáles son los aspectos más importantes en la vida, el tiempo se haya escapado de las manos irremediablemente.
Maqueo33@yahoo.com.mx
CONTRALUZ En el altar de la parroquia La Inmaculada Concepción la Srita. Claudia Alessandra Hernández de la Peña y el Sr. Manolo Cuerda Salazar, contrajeron matrimonio, ante el Pbro. Juan Manuel Trasfí Anaya, el pasado sábado 21 de marzo de 2009.
Durante la ceremonia los contrayentes estuvieron acompañados por sus padres, los señores Dr. Andrés Hernández García y Sra. Paula Patricia de la Peña de Hernández; Sr. José Vicente Cuerda Martínez y Sra. Laura Estela Salazar de Cuerda, quienes se mostraron felices al ver cumplir el sueño de sus hijos.
Acompañando a la novia rumbo al altar estuvo su papá Dr. Andrés Hernández García y sus hermanos Andrés, Alberto y Alejandro.
Claudia Alessandra lució un elegante vestido color ívory en cuello V con cauda y fina pedrería que acompañó con un ramo natural de orquídeas blancas.
Las damas Sandra, Alejandra, Laura Mariana, Ofelia, Paulina, Sara, Angélica, Lizeth, Janeth y July, acompañaron a los novios en su procesión nupcial.
Como padrinos de la ceremonia estuvieron: de arras, Héctor Hugo Cázares Martínez y Dora de Cázares; de anillos, Luis Cuerda Martínez y Rocío Serna de Cuerda y de lazo, Jaime Ramírez Espinoza y Sandra de la Peña de Ramírez.
Al concluir la sagrada eucaristía, los novios recibieron a sus invitados en el Casino Los Ángeles, donde tuvo lugar la elegante recepción.
Los asistentes degustaron un exquisito banquete de bodas que consistió como entrada crema de elote, lomo de cerdo, Fetuccini a la espinaca y un cóctel de frutas y como postre el tradicional pastel de almendras además de finos vinos; mientras amenizaba el grupo La Fase.
El momento más emotivo de la velada fue cuando los novios bailaron por primera vez el vals "The Power of Love" ahora como marido y mujer.
Múltiples felicitaciones y los mejores deseos recibió la pareja durante la encantadora recepción, la cual se prolongó hasta las primeras horas del amanecer.
El enlace civil se realizó el viernes 20 de marzo de 2009, en punto de las 18:00 horas, en la residencia de la novia.
Firmando el acta como testigos del novio: Ricardo Salazar Hermosillo y Miguel Ángel Robles y Borjón; y por parte de la novia: Sandra Ramírez de Rebolloso y Luis Roberto Hernández de la Peña.
La pareja establecerá su hogar en Torreón, Coah.
Srita. Alejandra Guadalupe Serrano Macías celebró su decimoquinto aniversario de vida el jueves 28 de marzo de 2009.
Por tal motivo se ofició una misa de acción de gracias en la parroquia del Inmaculado Corazón de María en punto de las 20:00 horas presidiendo la ceremonia el Pbro. Aurelio González Rodríguez.
La acompañaron sus padres el Sr. Víctor Jesús Serrano Larios y Sra. Alejandra Macías de Serrano al igual que sus hermanos Víctor y Christian.
Alejandra portó un hermoso vestido exclusivo confeccionado en chantú de seda en tres capas con fina escarola, corset bordado en oro y ocre con pedrería y cristal de swarovsky que acompañó con un ramo y tocado de fina pedrería.
Al término de la emotiva ceremonia se llevó a cabo una linda recepción en el Casino Alcázar el cual lució con manteles en color beige y cubre mantel en color oro, los arreglos fueron medusas de herrería con arreglos florales.
Al lugar asistieron familiares y amigos de la festejada quienes disfrutaron de un delicioso menú en tres tiempos que consistió en un delicioso queso philadelphia con nuez acompañado de hojaldre, como segundo tiempo se ofreció una exquisita crema de elote y como platillo fuerte se degustó pechuga rellena bañada en crema de almendra acompañada de papa al horno y spaghetti.
También incluyó una fuente de chocolate y chamoy.
La parte musical corrió a cargo del grupo Fama.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando la quinceañera bailó con su papá la melodía "La Última Muñeca" y el vals "Alejandra".
Como recuerdo de esta fecha tan especial Alejandra recibió como regalo sorpresa una Lap Top de parte de su primo Alejandro Gutiérrez Macías y su esposa Sra. Mayra Pérez de Gutiérrez al igual que un reloj de oro de parte de sus papás y un bonito detalle de parte de sus amigos y compañeros del salón de clases.
MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS TIEMPO DE CONVERSIÓN
En los momentos actuales, las personas estamos caminando sin tener un rumbo fijo. La fe se ha convertido en un concepto vago; la caridad, en una especie de "solidaridad universal"; y la esperanza, únicamente en la esperanza de "un mundo mejor". Necesitamos a Dios en nuestras escuelas; lo queremos en nuestros hogares, pero ya no rezamos las oraciones de la mañana y de la noche en familia; no bendecimos la mesa y no damos gracias después de la comida. Damos la impresión de no saber a dónde nos dirigimos. Se nos olvida que existe una morada celestial que está destinada para cada uno de nosotros. Los ídolos que hemos adorado en los últimos años están cobrando una mayor fuerza, y como consecuencia le estamos dando la espalda a Dios. Esa hermosa esperanza, que anteriormente amortiguaba los golpes de la vida, se está perdiendo, y la desesperación crece al estar convencidos erróneamente que muchos de nuestros problemas ya no tienen solución. Se nos olvida que podemos ordenar nuestra vida, acudiendo a la misericordia y al perdón de Dios para alcanzar la salvación. Necesitamos tener a nuestro lado a Jesucristo, para que nos dé consuelo, ternura y esperanza, porque de no ser así, seguiremos tristes, desorientados, violentos, enfermos, enojados, o tal vez muertos en vida. Todos los días, el Señor nos habla, y nosotros debemos estar dispuestos a escucharle. Él viene a buscar lo que estaba perdido, viene a sanar nuestras heridas, a llamar a los pecadores, a dar su vida como rescate por muchos. Si somos sencillos, dóciles y sinceros, Jesucristo limpiará nuestra alma sin dejar rastro de faltas, y si nuestros pecados son graves, nos pedirá que vayamos en busca de un buen sacerdote, porque la confesión cura la parálisis del alma y nos regresa la paz al corazón. Debemos encontrar a Jesús como lo hicieron hace dos mil años los ciegos, los cojos, los desesperados, los paralíticos, las prostitutas y los leprosos que deseaban ardientemente su curación. Ahora que la vida nos golpea más que antes, ahora que el mundo sufre tanto, "acudamos -como decía San Ambrosio, al Médico que habita en el Cielo, pero que distribuye sus medicinas en la Tierra".
La Cuaresma es el mejor tiempo que tenemos para llevar a cabo una auténtica conversión del corazón a Dios. Cada uno de nosotros conoce a la perfección las debilidades y las flaquezas que padece, y por lo tanto se vuelve indispensable reconciliarnos para no volver a caer. Cuando el hombre peca gravemente, se pierde un gran tesoro: disminuye la oportunidad de que esa alma vaya al Cielo, todo lo bueno que hizo en el pasado se reduce a tan sólo un hecho histórico de poca trascendencia, se aparta radicalmente del principio de vida que es Dios, y queda sujeto a la esclavitud del demonio que hará con él todo lo que le plazca. El alma no se muere, pero construye una muralla que lo separa de su Creador. Después de haber caído, de pronto nos damos cuenta que el pecado no produce verdadera felicidad, porque el demonio carece de ella. Es en esos momentos cuando surge la misericordia del Señor, que se apiada de nosotros y nos hace volver en sí, recapacitando, sintiendo hambre de cosas espirituales y una necesidad inmensa de obtener su perdón. Somos sus hijos y lo hemos ofendido, somos sus hijos y le hemos fallado; deberíamos sentirnos horrorizados de nuestros actos, porque la raíz del mal se encuentra en el interior del hombre. En esos instantes es conveniente comparar lo que Dios esperaba y espera de nosotros, con lo que en realidad le hemos entregado.
Si se da el arrepentimiento sincero, la misericordia de Dios corre hacia nosotros para salir al encuentro en cuanto se entera desde la lejanía que existe un pequeño deseo de volver a la protección segura de la Casa del Padre. El perdón divino produce alegría, es como si nos liberáramos de una carga muy pesada que llevamos durante un largo tiempo sobre las espaldas. A cambio, el Señor nos colocará una rica túnica, un anillo en la mano y unas sandalias en los pies. Estábamos muertos y hemos vuelto a la vida, estábamos perdidos y hemos sido hallados. La gran fiesta ha dado comienzo en el Cielo, y en la Tierra todas las cosas han cambiado para bien. Y si hacemos el esfuerzo de mantener la presencia de Dios en nuestra alma por un largo tiempo, tendremos la Perla Preciosa que tantos buscan y no han podido encontrar. Después de haber obtenido el perdón por las faltas cometidas, la gracia de Dios nos permite sentir su presencia de mil maneras en el torbellino de la vida. A cada instante podremos apreciar un destello luminoso que nos dará verdadera alegría. Una felicidad que no se compra con dinero y que perdurará por mucho tiempo. Nos sentiremos protegidos por una fuerza espiritual que nos dará fortaleza y alejará todos los temores de nuestra alma. ¡Ansiedad tenemos Señor de alabarte en todo momento! Si por estar en pecado grave se nos dificulta pedir perdón a Dios, preparémonos durante un tiempo con la oración para sanar nuestra alma, y escuchemos a las personas que el Señor ha puesto cerca de nosotros para ayudarnos con su palabra y sus consejos. No permitamos que llegue la Semana Santa y que nosotros permanezcamos aún en pecado, porque sería la peor de las ingratitudes que pudiéramos cometer. En esas fechas nos encontraremos con un Jesús colocado en la cruz, padeciendo por nosotros y sufriendo la burla de las multitudes que aún no se han dado cuenta de su error. Con un Jesús abofeteado, ofendido, traspasado por nuestras iniquidades y molido por nuestros pecados.
[MÁS 7]