Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

ENSAYO SOBRE LA CULTURA EL DRAMA DE NUESTRAS VIDAS

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

El mito es lo que le da consistencia al desarrollo dramático de la tragedia, según los griegos; quienes dicen que todo se ordena en torno al mythos. El pensamiento es la base de la argumentación. El carácter proporciona la cohesión de una preferencia. Podríamos decir que mito según entiende el común denominador de la gente son las primeras explicaciones que le dimos a la vida con las cuales encontramos un sentido de la existencia. Ese mundo de dioses, semidioses, héroes inventados por las culturas ancestrales fueron el marco para explicar el principio de la vida, y por lo tanto servir como base para su conclusión. Curiosamente el antes y después de la vida es de lo que no estamos seguros. De lo que tenemos conciencia es del espacio del nacimiento hasta la muerte, pero esa conciencia precisa de un orden, de darle un valor al hecho de vivir, de trascender, ir más allá, de esta realidad tan cotidiana, ligarte con el concepto de infinitud o eternidad.

El drama significa acción. Ya sabemos que una nueva novela, película, obra de teatro y demás consisten en el interés de la acción que no necesariamente necesita ser física, sino que puede ser psicológica. Las historias interesan en cuanto que proponen un conflicto y desarrollan una acción para resolverlo. Si no hay conflicto por lo tanto no existe la historia o es anodina, aburrida, pierde el interés.

Nuestras historias personales y sociales plantean un conflicto a resolver. El primero es el de la subsistencia, el segundo es darle una razón a nuestra existencia, el tercero darle una razón, también, a la organización social; y así podríamos seguir enumerando muchos más conflictos que se nos aparecen en nuestros días cotidianos. Las vidas son interesantes en cuanto que tienen conflictos a resolver; y los héroes surgen cuando personas comunes y corrientes resuelven sus conflictos personales o sociales de una manera en que ningún otro lo ha hecho, y los admiramos por ellos. (Nos enteramos de su historia como si lo hiciéramos de alguna novela).

Pero volvamos al mito que son de donde se desprenden los principios de organización social y por lo tanto personal. Los mitos actuales siguen hablando de ciertos paraísos que trascienden nuestra razón de ser. Así como existe el cielo religioso, también tenemos que aceptar que en el imaginario colectivo se le da la existencia al cielo terrenal; el paraíso liberal, el paraíso del consumo del dejar hacer y dejar pasar; o el paraíso socialista, el que tiende a tener una sola clase, la proletaria y donde se compartirán todos los bienes. (Los mitos son las bases de explicación de estos paraísos).

El conflicto se da en cuanto que la sociedad busca la realización de ellos. Los héroes serían aquellos quienes buscan su conclusión, los antihéroes aquellos contra quienes hay que luchar. Si traducimos los héroes serían los protagonistas de las historias y los antihéroes los antagonistas. Según la ideología, los protagonistas de un equipo son los antagonistas del otro. Nuestra historia está en movimiento porque como están las cosas en la actualidad, ninguno se impone al otro, porque los mitos de ambos equipos parecen desmoronarse.

Pero sin embargo no se trata de dos equipos, sino que ahora surgen infinidad de equipos más y quieren establecerse como solución definitiva a nuestros conflictos actuales. Renacen los paradigmas religiosos y se vuelven fundamentalistas y por el otro lado, el materialismo del aquí y del ahora sin más trascendencia que el momento, irrumpe enarbolando la ley del más fuerte, en organizaciones gansteriles que han traducido la vida del hombre a la animalidad y al onanismo.

Hoy por hoy tendemos a perder la esperanza de que algunos de los sistemas que se nos ofrece sea la que soluciones nuestros conflictos; porque en realidad no existen tales soluciones por más chulos que aparezcan los políticos en las fotografías. Las búsquedas son patadas de ahogados( recuérdese que en los dieces, los veintes y los treintas, en las artes se dieron esas búsquedas como el dadaísmo, el surrealismo, el estridentismo y demás, hasta llegar al existencialismo donde de plano de proclamó que el hombre es un animal de pasiones inútiles hecho para la nada; o sea, que la razón de ser de nuestro drama (el mito) no existe y la que conciencia, nuestra conciencia solamente es un estorbo que nos atormenta porque no queremos ser nada, porque ni siquiera sabemos que es ser nada.

El teatro del absurdo (esperando a Godot) es eso, una espera inútil que no va a llegar; una espera sin sentido (y cuando no hay sentido se pierde la cultura; o sea que la cultura es parte de la conciencia en busca de sentido). Hoy navegamos en los mares profundos del absurdo.

Nuestra historia está aquí sin resolverse, porque n o hay mito a la vista con el cual te puedas casar y te convenza de ser la mejor opción a elegir; sobre todo porque no se genera la información suficiente, a pesar de vivir la época de la información, que te marque un rumbo donde creas tú que te lleve a la salida. No hay salida. La realidad cotidiana te dice que no hay salida.

Hoy somos los personajes en busca de autor, con una escases espantosa de autores.

Ellos, tal vez escriban sus propias historias. El país va a la deriva y como las ratas, cada quien se salva a si mismo. Los candidatos siguen pensando que su campaña de fotografías nos resolverá el problema. ¿Para que existen los medios de información? Para plasmar ideas. ¿Dónde están las ideas?

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 436088

elsiglo.mx