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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

EN TIEMPO DE CRISIS, LOS MILES FLUYEN

Alguien que me lo explique por favor. Se dice que estamos en tiempos de crisis. El desempleo nos amenaza a todos. La inseguridad no se diga, es patenta la falta de humanidad en los delincuentes que han convertido la vida humana en carnicería. Nuestras autoridades son tan impotentes para enfrentar los problemas, el mundo se rebela por todos lados, las huelgas parecen amenazarnos, no hay una luz ni mínima o lejana que nos pudiera augurar que esto tiene solución; porque si la tiene, debería de instrumentarse ahora, pero ya, inmediatamente y explicar como o simplemente hacerlo. Pero parece ser que la demagogia simplemente expresa algo y como siempre esperando que nosotros, el pueblo, lo creamos, espera los aplausos efusivos cuando en realidad la única respuesta que encontramos a nuestras plegarias es la nada.

Pero eso no es todo. En tiempo de crisis, los dineros fluyen de alguna parte y las obras continúan con su magnificencia sin importar que anteriormente se hayan tirado otras cuyo costo ni se recuperó ni se recuperará. Por una parte que bueno, porque ante la crisis cualquier fuente de trabajo es bienvenida; ¿pequeña lección del "new deal" o nuevo trato americano que por medio de obra público intentó recuperar la economía?

Pero junto con ello nos damos cuenta de los aumentos salariales que en ciertas áreas del gobierno se dan , constitucional o no constitucionalmente, como si la realidad cotidiana que vivimos los ciudadanos no tuviera nada con ver con la realidad fantástica que viven nuestros gobernantes y nuestros representantes que n obstante siendo impotentes para resolver los problemas se sirven los sueldos con la cuchara grande la que n o tiene llenadero.

¡Qué podemos decir entonces, de la huelga de peñoles que ellos sólo quieren un aumentito que no es tan grande como el que los miembros del IFE se acaba de otorgar? No me metan en laberintos legalistas; simplemente explíquenme porque después de cacarear tanto la revolución aún tienen que existir ciudadanos de primera y de segunda. Porque hay sujetos privilegiados que nos cobran caros sus mediocres servicios y porque mientras otros tienen que seguir cobrando sueldos de subsistencia y a lo mejor lo que hacen lo realizan con toda conciencia dejando bien el nombre de los productos mexicanos.

Yo pensaba que si no hay dinero, no lo había ni para nadie ni para nada; sobre todo aquellos privilegiados podían abrocharse un poquito el cinturón para ayudar a los que ha mucho dejaron de comer carne y si acaso viven de lo puedan pepenar diariamente. Pero quieren de nuevo que las cosas sean al revés, que los pobres sean pobres y los ricos más ricos porque estos son los únicos que deben de sufrir lo menos posible ante las circunstancias en que estamos envueltos.

Dinero y más dinero, como si lo hubiera para repartirlo en carretadas. Entonces no estamos en crisis o es una que de alguna manera se controla de alguna parte para que salga a relucir el benefactor, como en los países totalitarios a quien debemos de agradecer las migajas que nos dejan recoger del piso.

Eso es lo más exasperante de este asunto. Yo creí que el pueblo se había levantado en contra de la monarquía y en contra de la dictadura porque unos tenían todos y otros nada; para repartir más justamente la riqueza. No que no haya ricos; esos siempre los habrá, pero por lo menos que no sea tan descarado la repartición de los bienes dentro de los tres niveles de gobierno.

Pero, que importa lo que se diga, La crítica parece no dolerle a nadie. A estas alturas que critiquen, les ha de valer un soberano comino, a los niveles tan bajos que se está cotizando hoy la dignidad humana, lo importante en tener dinero no se para que, simplemente para tenerlo, a ver que tanto puedes tener. Si la corrupción deja hay que ser corrupto, si traicionar las razones por las que se dieron los movimientos que intentaron un poco más de justicia entre los hombres, entonces hay que ser traidor. Lo que le importa a muchos de nuestros jóvenes es cuanto va a dejar lo que haces, si deja dinero las consideraciones éticas quedan aparte.

Todo se vuelca hacia el caos, el desorden. En muy pocos años nuestras pequeñas seguridades se han venido abajo. Al hombre lo han convertido en mercancía; la hay cara y la hay barata. Mientras le ponemos reparo a los que nos arreglan la refri o los que nos podan el jardín, y además les exigimos que lo hagan bien si no, no les pagamos el trabajo, a nuestros políticos o burócratas de alto nivel les permitimos esos sueldazos. Y a nuestros representantes en las cámaras que se burlen de nosotros.

Habrá que aplicar la ley de la selva del más fuerte del que habla del que no se deja del que toma las cosa por su propia mano del que arrebata, del que aprende a no pedir. Eso es lo que ya estamos viviendo. Al pueblo no se le puede pedir sacrificio si los que están arriba de él no se sacrifican. No les puedes pedir más impuestos para apagarte mejor mientras que a ellos no les mejoras su poder adquisitivo.

Este es un polvorín que en cualquier momento explota.

Lectura, para saber lo que era villa antes de ser un general revolucionario, y por qué dicen que lo fue, la biografía de este personaje por Taibo II o por Terán Lira. También podríamos releer los diez días que conmovieron al mundo. Todas aquellas historia que nos hablan de las pre revoluciones o de novelas como "La Madre".

Los inconscientes juegan con fuego.

JOLHE

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