CAMBIOS EN CONACULTA
Para bien o para mal, el presidente ha aceptado la renuncia de Sergio Vela como director de conaculta y ha nombrado a otra persona como titular a consuelo Záizar que antes se desempeñaba en el fondo de cultura económica. Lo bueno es que un político bien sabe cocinar de chile verde, rojo, de dulce de manteca o de lo que se ofrezca. Es como una especialidad en donde se hace de todo, en donde no hay que tener muchos antecedentes o muchas ideas, o iniciativas, o conocimiento, o relaciones en esos campos. Por lo general, en la iniciativa privada, se comienza desde abajo y se especializa en un área donde recorre una serie de puestos antes de llegar a la cúspide. Porque cuando se llega a la cúspide se tiene una idea de todo el panorama completo, se conoce la maquinaria las eficiencias y las deficiencias y por lo menos existen ideas de lo que se quiere.
Pero ya estamos acostumbrados a ellos. Con el tiempo, las gentes que logran encaramarse más o menos conoce y como que hace cosas, aunque no haga todas las cosas que se quisiera, porque a uno no le preguntan y como no existen organizaciones que sirvan como contrapeso, pues así aislados, somos don nadie aunque haya intentado tener algunos logros; por lo menos para que le preguntaran su nombre o que ha hecho en los últimos tiempos y en que le gustaría que le ayudara para seguir el éxito que habrá comenzado a tener.
Pero no, quienes dirigen la cultura en realidad no sé de donde salieron. Pueden ser amigos, conocidos, en lo personal me caen bien, son agradables, pueden tener don de mando, les puede gustar lo cultural. De una cosa estoy seguro, antes no los conocía como creadores o como promotores culturales. De repente se encaramaron en el puesto y desde ahí impusieron sus puntos de vista. Ni siquiera se enteraron de las cosas que antes había para saber dar los pasos que las continuaran. Nada de eso, por el contrario, se marchó hacia atrás, por lo menos en mi campo. De nueve o diez libros que se publicaban ahora se publican dos o uno o tres, vaya a saber usted, por parte del municipio.
¿Quién es uno para que le pregunten? ¿Quiénes son ellos para imponerse de esa manera? Porque si nos preguntaran se darían cuenta de que tendríamos algunas ideas al respecto pero por eso se evitan hacerlo y mejor se visten el traje de superdotado y dicen yo sé lo que hay que hacer.
No soy político. Eso de tener que andar haciendo caravanas apara conseguir las cosas nunca me ha gustado. No soy esa especie de persona que piensa que la política consiste en callarse cuando debe de callarse y no gritar mucho sino apenas lo suficiente para acomodarse. Cuando se está acomodado que importan los demás, con que uno tenga con ello basta. ¿por eso morirían nuestros héroes?
Bueno, decía, uno no es nadie, aunque dentro la participación en la cultura literaria de la ciudad, tengo algunos años y contando lo que familiarmente hemos aportado en este campo, llevamos algunos lustros como setenta, algo habré de saber sobre esto.
Mi padre colaboró para publicar las revistas: Acción lagunera, Cauce y nuevo Cauce. Desde el 37 escribió en este diario. (Yo saco artículos en los periódicos desde el 70) He pertenecido a talleres literarios, he publicado 8 libros tengo algunos premios literarios y he abogado por desarrollar el trabajo editorial que se encuentra en pañales.
Hay otras personas que también son importantes en la literatura regional; trabajo que ha aportado el reconocimiento de la laguna como semillero de buenos escritores, jóvenes de mediana edad y viejos. Alguien que sobresale también es Saúl Rosales y como él muchas otras personas: Pero, en esta administración, como si no existiéramos. Ideas podría haber muchas; pero hay que esperar a mejores tiempos para desarrollarlas.
Uno piensa que en una sociedad democrática el gobierno es del pueblo y para el pueblo y que el puede opinar sobre las cosas que son mejores para él. En una sociedad democrática, donde todos son iguales, por lo menos se esperarían explicaciones sobre las políticas que se siguen o invitaciones para aportar comentarios sobre lo que se está haciendo. En una sociedad democrática importarían los esfuerzos individuales y se les apoyaría. En una sociedad democrática
Nuestra democracia se ve: grupos de baile que destacan a nivel mundial, grupos de teatro de gira en España, premios literarios, premios de danza, seguramente premios en otros campos de los cuales no nos enteramos, la actividad artística crece, se profesion-aliza; urgen cosas como una escuela de música (para no seguir llenando las escuelas de comunicación de músicos) Talleres de escultura, casa del artista, todo eso son necesidades que no va a resolver un supergenio, necesita asesores en cada área; sobre todo necesita voluntad para no repartir nada más atole con el dedo.
Bueno por lo menos tenemos un museo del algodón (los algodoneros lo apoyaron ¡que bueno!) ¿Con eso habremos de conformarnos? Si hay mucha actividad cultural; son tres instituciones quienes la producen, nos lo merecemos. Lo que digo, se puede hacer más, se necesita hacer más. Un libro o dos libros o tres libros al año no es nada. (en Torreón hay más de cincuenta gentes que escriben: Mal, bien y muy bien)
Pero decía, a Vela le aceptaron su renuncia. ¿Por qué renunció? ¿Algunos no estaban de acuerdo con su manera de actuar? A veces la opinión pública pesa. A veces y la opinión pública; los particulares, uno a uno, no suman.
JOLHE
