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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

SIMPLEMENTE SUBSISTIR

Ahora simplemente nos prometen subsistir. A eso se reducen las promesas de los políticos mientras que a nuestro alrededor nos estamos dando cuenta de que hasta eso es cada día más difícil.

En el XIX y en el XX aún había esperanzas de que en este mundo terrenal pudieran construirse paraísos, o por lo menos lugares donde la vida no fuera tan ingrata. El paraíso comunista o el paraíso liberal fueron las promesas que intentaron suplantar los lugares míticos religiosos donde todo sería felicidad.

Hoy ya no crees en nadie porque se ha derrumbado el gran castillo de naipes que se construía en sendos lados. Hay gente que sigue insistiendo aún en esos mundos ilusorios, pero han tenido que desenmascarar las verdaderas proposiciones, las dictaduras totalitarias de las que tanto nos costó salir en el Siglo XIX.

Los políticos ni siquiera creen en los políticos. Ahí está la prueba de que El P.R.D. ya no apoya al peje y ahora para que éste pueda sobrevivir ha tenido que actuar para partidos patitos no pierdan su registro y tener una fuente económica en donde seguir mamando y de esta forma seguir ondeando su bandera. Se escuchan los gritos de que hay que repartir las fortunas de los que muchos tienen; a largo plazo esto provocará una pobreza general. Los únicos verdaderos ricos que subsistirían vendrían a ser los políticos que saben repartir lo que no les ha costado pero que no saben hacer producir, para el bienestar del pueblo, lo que es del pueblo. ¿De qué nos sirve el petróleo? ¿De qué nos sirve la luz eléctrica? ¿De qué nos sirve el agua? Son los gastos mensuales que nos ahogan. Si la luz es nuestra, ¿por qué nos la cobramos tan cara?

Todos los partidos prometen seguridad pública, seguridad en el trabajo. No hay nada nuevo bajo el sol, ni siquiera reconocimiento de la situación cotidiana. Todos los candidatos se creen supermán que con sólo desearlos esgrimirán una varita mágica para terminar con nuestros problemas. Pregunto ¿Con qué van a contrarrestar, por ejemplo, las quiebras de compañías como la General Motor que representaba fuentes de trabajo en nuestro Estado? ¿Con buenos deseos? ¿Con fotos estúpidas? ¿Yo no veo ninguna nueva visión total que se plantee un problema y los diversos caminos de solución. Tan sólo vio políticos que siguen usando las viejas fórmulas de frasecitas hechas. Huecas. Que no indican nada, ni remedian nada, y mucho menos sirven para abonar mis esperanzas en un México mejor. Se trata de buscachambas y a México lo que le urge son intelectuales capaces de presentar soluciones a un problema que a todos nos atañe resolver.

Pienso que los que se dedican a esto de la política son los estudiantes que malgastaban el tiempo en andar de un lado a otro al cabo que sabían que copiando los exámenes pasaban o que el maestro no los iba a tronar porque en ciertas escuelas no pueden tronarlos, o con una botellita eran capaces de solucionar su situación pero que a fin de cuentas no aprendieron nada de nada y con la nada siguen lucrando en buenos puestos donde lo único que importa es la paga.

Agréguele a lo anterior que en la iniciativa privada lo que se está contratando es gente barata, el futuro ya nos tomó de sorpresa. No somos ni siquiera capaces de reconocer cuáles son nuestros verdaderos problemas, o cómo se gestaron, o cómo se combaten; porque nadie se avienta a combatir al enemigo si no se pertrecha bien para estar seguro de ganar. Nadie va a la guerra a perderla, nadie combate el crimen sin los cuerpos necesarios, bien entrenados y comprometidos para combatirlos.

Lo decepcionante es la falta de voces que abran puertas con soluciones viables. Se dice que las universidades investigan, o que se pagan a investigadores. Yo no sé qué se investigue porque no he tenido la oportunidad de enterarme de las investigaciones. Una investigación parte de un problema para plantearse una hipótesis y comprobarla. A partir de eso se genera una técnica; por lo menos una nueva comprensión de los problemas y se tiene un mayor control sobre el azar. En México para qué sirven nuestras investigaciones; como tantas otras cosas a veces pienso que algunos la usan para entrar en un juego burocrático donde lo único que importa es obtener apoyos con investigaciones que se perpetúan sin concretarse. Si hubiese tantos investigadores como se dice que hay, hubiera también soluciones.

Éste es también un gravísimo problema cultural. Si se pierden las ilusiones en un mundo mejor se pierde también la cultura, dejaría de haber sentidos existenciales (hasta el sentido existencial del fut bol corre el riesgo de desaparecer) estamos iniciando el camino de regreso hacia las cavernas, haciendo realidad novelas futuristas como el señor de las moscas, o Mad Max (no estoy seguro de que éste sea el nombre) donde los seres humanos nos convirtamos en un animal más depredador, y nuestros días se agoten en salir de cacería diariamente hasta acabarnos los unos a los otros, o tengamos que vivir en mundos controlados donde todos seamos felices porque no conocemos nada, o porque tomamos el soma que la televisión nos ofrece y donde de nuestro espíritu desaparezca cualquier aspiración que no sea el aquí y el ahora y que pueda complacerse con un pedazo de carne fresca.

Nuestros torpes políticos no quieren aceptar que éste es el futuro por eso sus palabras suenan huecas. Si vieran cómo cansa andar comprando espejitos.

Ojalá hubiera algo más.

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