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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

CULTURA ES TENER UN PROYECTO DE PAÍS

Ante una caballada flaca, va a ser muy difícil que este país encuentre sus propias soluciones ante la encrucijada mundial que no ofrece esperanza de que la humanidad vaya encontrando su camino donde se pueda construir una sociedad más justa. Las campañas políticas no pasaron de ser proposiciones, algunas muy absurdas, para resolver problemas cotidianos sin que se viera más allá del aquí y del ahora. Prometer no empobrece, hablar no implica compromiso. No sé si lo problemas de la patria se resolverán hablando inglés o aprendiendo computación que ya casi todo el mundo sabe como utilizar una computadora; no sé, si ante este panorama mundial se puedan gestar fuentes de trabajo ante los buenos deseos de personas que no podrían demostrar haber creado por lo menos una fuente de trabajo estable y segura.

A estas alturas lo merolicos ya hablaron. ¿Habría que agradecerles acaso que hayan gastado menos dinero en su propia vanidad? ¿Qué no hayan atiborrado nuestras calles de basura y caras sonrientes? En realidad, polulan los partidos que nosotros mantenemos; pero lo que nos sigue haciendo falta son ideólogos que nos propongan un proyecto de país viable.

Fuera de la vieja práctica de Robín Hood de quitarle dinero al rico (Slim) para dárselo al pobre, no hay nada nuevo bajo el sol. No es cierto que repartan las riquezas, lo que reparten es la pobreza, el conformismo, la dependencia de un político vanidoso que bien reparte lo de los demás pero nunca se ofrece a repartir lo suyo propio; que repartan sus bienes, su casa, su sueldo, a ver si es cierto. Lo que han demostrado es que ni ellos mismos creen en ellos mismos, ya ven como después de tanta alegata y de tanto sombrerazo el PRD ya dejó solo a López Obrador, porque el negocio es de las personas , ni siquiera de los partidos, ni de los proyectos, sino de aquellos que buscan poder y dinero.

Por eso, hablamos de educación, de economía, de todo lo demás sin saber a ciencia cierta de que estamos hablando, pero está de moda hablar. Tapamos el pozo después de que el niño está muerto.Vivimos el individualismo del beneficio personal, y el país se nos está cayendo a pedazos.

Necesitaríamos de ideólogos y estos no se dan en maceta. Necesitaríamos de investigadores que profundicen sobre los problemas nacionales y que por lo menos detecten las variables que crean los problemas para buscar sus soluciones. No sé que tanto se investigue sobre las causas de nuestro bajo rendimiento escolar pero estoy seguro de que estamos muy lejos de saber a ciencia cierta cuales son las verdaderas y mucho menos las soluciones viables.

De la misma forma dudo mucho de que esta sarta de políticos puedan solucionar nuestros problemas de empleo porque para ello tendrían que solucionar los problemas de mercado con respecto a los productos que se fabrican en México y si supieran eso ya nuestros rumbos serían otros, pero nuestros merolicos no saben nada de eso por eso no convencen a nadie.

Y sobre la inseguridad lo mismo. En este juego de policías y ladrones ganan los ladrones y los policías ya se han convertido en ladrones, por lo menos eso es lo que reflejan los periódicos a diario. Vivir en un estado de sitio es lo más horrible que le puede suceder una comunidad.

Proyecto de nación, queremos un proyecto de nación; Cosas que no resuelve ni la computación, ni el inglés, ni la cadena perpetua, ni matar a los malos, ni poner a funcionar la silla eléctrica, ni repartir los capitales que nos están sirviendo, por lo menos, para asegurar las escasas fuentes de trabajo con las que contamos. (Ya ven para lo que nos ha servido el petróleo y la luz eléctrica, o lo que os sirvió el repartir el campo, nada más para engrosar los capitales de los líderes y los dirigentes sindicales y sus familias, ya ven a Napo que sin bajar a las minas, bien que se sirve del sindicato minero).

Un proyecto de nación debe nacer de los ideales. Por lo menos de ahí han nacido todas las utopías terrenales o celestiales. De aquí se desprenden los valores y los sentidos de la vida, el compromiso con los demás y con la sociedad. Tendrían que definirnos el sentido de ser social y personal (de eso es debe encargarse la educación, no de producir obreros calificados, sino de promover sentidos en al vida de los hombres, valores, entendiéndose estos como aquello que nos hace falta para el desarrollo personal y social).

Pero que lejos nos encontramos de todo ello. Hemos reducido nuestros problemas al aquí y al ahora donde reina el caos, donde todo es caótico. Hemos de recordar que en el principio del mundo lo que reinaba era el caos y que la cultura precisamente lo que combate es lo caótico, encontrando orden en la vida y la naturaleza. Si vivimos en el caos es que hemos perdido todos los sentidos y nuestro proyecto de humanidad ha fracasado, nuestro proyecto de nación se encuentra a la deriva. Y mientras esto siga existiendo. Seguirnos en busca de la puerta falsa, la huída, el ahogar nuestros sentidos en las ilusiones químicas que produce la droga y por lo tanto, nuestros verdaderos problemas subsistirán.

Dios nos agarre confesados.

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