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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

DE FILÓSOFOS Y POLÍTICA

Algunos filósofos se han puesto a escribir sobre política porque a fin de cuentas, la filosofía era la búsqueda de la verdad en todo tipo de problemas incluyendo los sociales. Tenemos el ejemplo de Platón y Aristóteles que se pusieron a imaginar sus utópicas sociedades, o San Agustín que imagino la ciudad de Dios o ya en el renacimiento las utopías, para rematar por último con la idea del socialismo, por un lado, desarrollado por Marx y Engels, o el liberalismo que es el fundamento de el capitalismo donde el máximo valor es la libertad.

Esto no tiene nada que ver con las cara bonita que vuelven a aparecer en nuestra ciudad anunciando informes de los cuales no se dice ni cuando, ni en donde ni a qué horas; porque a fin de cuentas, lo del informe es lo último que preocupaba y todo es el mismo circo de siempre para que volvamos a caer en la credulidad, cuando desde un principio se nos miente o dicen medias verdades.

Yo no digo que los filósofos se las sepan todas en cuanto a el diseño social; ni creo que tampoco los sociólogos. Pero de vez en cuando se echan una que otra idea que se antoja digerible. Por ejemplo ésta de Demócrito: "El fin (supremo) es el buen ánimo, que no se identifica con el placer, como suponían algunos que entendieron mal, sino que es el estado en que el alma está serena y equilibrada, no porque no la perturbe ningún temor, ni el miedo a los dioses, ni ninguna otra afección. También lo llama "bienestar" y le otorga muchos otros nombres.

Más adelante dice:"no sólo es el fin de todas las cosas y que el buen ánimo es el sumo bien, mientras que las aflicciones son la medida del mal"

Sobre la ciudad expresa:

"Se debe dar más importancia a los asuntos de la ciudad que a los demás, a fin de que ella esté bien gobernada, sin luchar contra lo equitativo no violentando el bien común. Una ciudad bien gobernada es la mayor prosperidad y contiene todo en si misma; cuando ella se salva, todo se salva; cuando ella se corrompe, todo se corrompe.

"El Gobernante es escogido para que actúe bien, no mal"

"Falsos e hipócritas son quienes todo lo hacen con palabras, pero nada de hechos".

En la visión de Demócrito la cosa es bastante sencilla: lograr el buen ánimo, el bienestar la paz, y esto sólo se logra en una sociedad o en una ciudad donde todos nos sintamos a gusto, tranquilos, seguros. Cuando la seguridad se pierde, entonces ya se perdió todo y lo que hace faltas son soluciones para recuperar esa paz donde el espíritu pueda desarrollarse.

Ya Demócrito reconocía esta parte humana a la que llamamos alma y el la relaciona con el concomimiento. El alma es la razón humana que trata de conocer el mundo que lo rodea para darle un sentido a la existencia. Otros la relacionaran con la espiritualidad en el sentido religioso. Pero sea una o sea otra, las sociedades debieran de servir para el desarrollo de todas las capacidades y las aspiraciones humanas, las físicas, las intelectuales, las espirituales, las morales.

Nuestro mundo ha perdido muchas definiciones que sobre el hombre y su bienestar se han dado. A segundo término han pasado todas estas cosas porque en primer término definieron al hombre en relación a su capacidad de tener trayendo como consecuencia lo que ahora vivimos; tener a como de lugar sin preguntarnos antes que es aquello que necesitamos tener. Se supone que teniendo, podemos comprar todo lo que nos haga falta. Esta es la premisa que me parece más falsa. Podemos comprar, se trata de comprar, porque si no, no se podría vender. Teniendo se puede comprar un título, pero no los conocimientos que lo respaldan.

Volviendo a Demócrito, nuestra ciudad está invadida por el mal que se traduce en esta intranquilidad cotidiana cuyo único horizonte que nos presenta es el subsistir malamente y cada vez peor. Los discursos que se nos dicen no corresponden a la realidad. Se dice que se crean fuentes de trabajo pero según el seguro social se dice que disminuyen además se anuncian despidos.

Las escuelas te ofrecen títulos, pero al mismo tiempo sabes que no hay fuentes de trabajo para todos y que aún hoy, los títulos no sirven de nada. El estudiante te dice que estudia pero pregúntale sobre su carrera, o revisa en cuantos volúmenes de libros ha crecido su biblioteca y te darás cuenta de que no es cierto lo del estudio. La familia se sacrifica para sacar adelante al muchacho quien prefiere perpetuarse como adolescente antes de tomar una responsabilidad.

Todos sabemos que andamos mal. Ninguno tiene la solución para resolver estos problemas. Lo primero que debemos reconocer son estas dos cosas y de ahí partir. La modernidad no puede traducirse en un fetichismo tecnológico. El hombre merece vivir de otra manera. Cada uno de nosotros somos responsables de esto.

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